Este segunda propuesta que os siento este jueves previo a un nuevo fin de semana de no parar es, la nueva apuesta de Pamela Palenciano -que como sabéis ya la tuvimos sentada en este rincón hace algún tiempo: Entrevista Pamela Palenciano- que tuve la suerte de ver el pasado domingo 3 de diciembre en su casa, el Teatro del Barrio.
Una obra muy dura, como durísimos son los testimonios y casos reales que se comparten, donde unas madres y sus criaturas deben padecer el SAP (Síndrome de Alineación Parental) para separarlos y dejar en manos de agresores a los hijos e hijas de una pareja. Un SAP del que España sigue sin dar explicaciones al relator de la ONU, porque este síndrome no existe y quien lo inventó fue un tipejo que avalaba la pedofilia.
"Según el Consejo de Europa, 1 de cada 5 menores sufre violencia sexual antes de cumplir los 18 años. En España no hay estadísticas oficiales, pero un estudio reciente, centrado en el país, supero dicha estimación. 2 de cada 5 niños o niñas lo han padecido.
¿Sabéis lo que es un Arrancamiento?
Dura apenas un instante, pero hasta llegar a él, las madres pasan por un largo proceso de denuncias, descrédito, pérdida de la custodia y criminalización. E sistema dictamina que las denuncias de violencia son falsas, que la madre es malvada y que la criatura debe ser apartada de quien la protege y condenada a vivir con su abusador.
En esta nueva apuesta Pamela hace uso de su particular estilo para dar voz y poner en escena esta realidad. Nos cuenta la historia de madres luchadoras de hijos e hijas desdibujadas, padre abusadores y jueces que perpetúan la tortura.
¿Por qué? ¿Qué hay detrás de esto esto?".
Lo que allí se oye y se ve son historias reales que hacen de esta ficción un vehículo imprescindible de indignación y rabia de que el Estado en el que vivimos consienta estos sufrimientos.
La puesta en escena es fuerte con una escenografía en el que cada elemento cuenta mucho y donde Pamela muestra esa fiera escénica que lleva dentro para dejar con las vergüenzas al aire a aquellos y aquellas que siguen perpetuando esta violencia y consintiendo que los niños y niñas sean arrancados de sus madres a las manos de sus agresores.
Justo el día que fui hubo un tipejo, muy mal educado hablando por el teléfono, contestando a los diálogos de la obra, haciendo ruidos... lo que a mí en particular me genero un malestar tremendo:
1º por la falta de respeto a la mujer que está en escena haciendo su trabajo.
2º por faltar el respeto al resto de espectadores y espectadoras.
3º porque en sus no silencios se mostraba el poco respeto a las historias que se están compartiendo.
4º porque si te molestas, será por algo.
Desde este rincón volver a pedir disculpas a Pamela por no haber dicho nada, pero opte por la ignorancia por respeto a lo que estaba viendo en el escenario, pero es increíble la violencia que lleva sobre sus hombros esta mujer con su trabajo, que no es más que la toma de conciencia, identificación y nombrar a las violencias machistas que vivimos las mujeres cada día.
Según he visto la que fui fue la última obra de 2023, pero yo que vosotras estaría atentas a las nuevas fechas para ir a revolveros con esas madres y sus criaturas porque sino conocemos sus historias es como si no existieran, y hay muchos niños y niñas y madres padeciendo esta violencia.
Gracias a Pamela por poner el cuerpo, el alma y la voz en esta nueva apuesta escénica. Cuídate mucho.
Un beso muy fuerte rinconeros y rinconeras y ahora sí que sí, hasta mañana :) :) :) :) :)
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