En boca del director de la segunda obra que os siento este jueves, Luis Luque: Poncia, siempre me ha sugestionado como ningún otro personaje de los que habitan en La casa de Bernarda Alba. Los personajes de las criadas encierran un enigma interesante, son testigos de los avatares de sus dueños y amos, conocen la verdad del interior de las casas y poseen la filosofía oculta de las clases populares.
Hasta el 3 de diciembre en la Sala Principal del Teatro Español podemos ver a Lolita dar vida a uno de los personajes más emblemáticos de esa casa donde la última palabra que se escucha es: Silencio. Ese silencio que yo estoy obsesionada con tener en la piel.
Este texto está escrito a partir de las intervenciones del personaje de Poncia en la obra de Federico Gª Lorca. En un profundo análisis del personaje, ha rescatado las intervenciones de Poncia y se han convertido en reflexión, soliloquios, diálogos con fantasmas y sombras. De este modo, se alumbra un nuevo mirar dentro de la casa, Poncia habla después del shock producido por el suicidio de Adela, todo ocurre después de su muerte.
La lengua de Poncia se desata en un lugar y en un tiempo prohibidos para las palabras. Poncia ajusta cuentas con los habitantes que sobreviven dentro de la casa. Descubrimos la simpatía de Poncia por la más joven de las hijas, la reivindicaba "Ha muerto una hembra valiente", dice y se culpa a sí misma de o haber hecho más de lo que hizo.
Poncia habla de:
- Suicidio.
. Libertad.
- Culpa.
- Clase.
- Educación.
- Y sexo.
Y lo habla con toda la fuerza de una voz que ha sido maltratada y callada. El alma de "La Poncia" se abre para insistir en la necesidad de transferir a los demás la idea de amarnos en libertad.
Espero poder ir a ver esta obra que como bien sabéis me apasiona, tanto La casa de Bernarda Alba como Federico García Lorca.
Ahora sí que sí ¿Nos vemos en el teatro? :) :) :) :) :)
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