La serie que os siento a estas horas llegó a Netflix, y en una semana gracias al boca boca, las redes sociales y que es muy buena, ha conseguido escalar posiciones y seguir estando en el TOP 10 de las más vistas, pero también de las más necesarias, porque en una era en donde casi todos y todas nos exponemos en menor o mayor a través de alguna red social, está bien poner un stop en el camino para reconocer que es un delito. Y por supuesto, subir imágenes o videos de una persona, que en su gran mayoría son mujeres, en las que salen en situaciones íntimas no es gracioso, es un delito.
Intimidad, trata como punto de partida sobre un video sexual de una política con futuro prometedor, filtrado a la prensa, es el catalizador de esta historia que narra la vida de cuatro mujeres que se ven forzadas a pisar la delgada línea entre lo que pertenece a la vida pública y privada. ¿Dónde están los límites de nuestra intimidad? ¿Qué pasa con nuestras vidas cuando nuestra privacidad se convierte en la conversación de todo el mundo?
Una serie que nos huele por desgracia a mucha verdad, porque la historia de Itziar Acuño solo es el comienzo de la horrible que protagoniza Verónica Echegui a Patricia López Arnaiz, que por desgracia recuerda a Verónica.
¿Te imaginas estar tranquilamente haciendo tareas de tu vida y de pronto te veas en todos los móviles y dispositivos en una situación intima? Porque claro el foco se pone en la mujer, no en el hombre con el que comparte la follada -por ser bestia:
¿Estará casada?
¿Por qué se dejo grabar?
En vez de preguntar ¿Cacho cabrón porque haces público un video que fue grabado en la intimidad?
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