No lo llaméis prostitución, llamarlo por su nombre, cuerpos violentados por dinero

Llevaba semanas tratando de buscar tiempo para sentarme con tranquilidad a hablar sobre un tema en el que mi opinión ha fluctuado como el tiempo en primavera, o como hoy mismo que he salido de Carabanchel con un calor tremendo y he llegado a casa cayendo un aguacero de aupa.

La joven Natalia siempre opino que la prostitución era algo asqueroso, en el que cometía el gran error de poner el foco en la mujer que lo ejercía, pensando qué situaciones la habrán llevado a ejercer lo que algunos llaman "el trabajo más antiguo del mundo", pero que para mí, ha sido y es la violación de los cuerpos de las mujeres durante siglos y siglos sin que nadie haya hecho nada.

Llegó la Natalia del año 2012, estudiando Integración social, me metí en el jardín de hacer todos mis trabajos sobre Metodología y Contexto de la Intervención Social sobre este colectivo. Y haciendo entrevistas y indagando, pensé: oye si hay mujeres que la quieren ejercer de forma libre, que lo hagan de forma reglada con sus derechos reconocidos.

Pero a partir de ese año y de forma progresiva, llegó la Natalia en el camino feminista. Y todo lo dicho anteriormente con algunos peros, salto por el aire. La prostitución es aquella forma de violación del cuerpo de las mujeres, aprovechando lo que Ana de Miguel denomina, la libre elección. Nos hacen creer que la prostitución es una opción más, obviando hechos como:

- Si hay mujeres que se ven abocadas a tener que ejercerla, es porque los trabajos más feminizados son pagados con unos salarios que no llegan para vivir de una forma digna, ya no digamos si esa mujer es familia monoparental y unos hijos o hijas dependen de ellas económicamente.

- No confundir prostitución con trata, porque eso no es libre, los proxenetas las obligan a que sean violadas muchas veces al día, por hombres repugnantes, que solo ven esas mujeres un objeto de deseo, es decir, pasivo.

- El enaltecimiento de la pornografía, lo que ha llevado a situaciones de alto riesgo, con prácticas en las que la integridad moral o física están todavía más, en grave peligro.

- Se nos hace ver como que es trabajo remunerado más y perdón, hasta ahí podríamos llegar. Las mujeres que tanto defienden estas palabras ¿Por qué no la ejercen ellas? Oye por lo menos, darían ejemplo de las palabras que proclaman.

- Siempre que hablamos de prostitución lo hacemos en femenino, cuando la hay masculina, pero ¿Se encuentran en situaciones de tanta vulnerabilidad?

El sin rumbo que está tomando este tema en España, es como un barco en plena tormenta sin que nadie lleve los mandos. Sin abolición no hay igualdad. Con esa supuesta legalidad que se le quiere dar se perpetúan que los cuerpos de las mujeres solo sean tomados como objetos que penetrar, jamás que sentir o disfrutar a través de sexo. Un putero ¿De verás cree que da placer a la mujer a la que está violentando?

Y dejaros de decir que en Países Bajos es una actividad laboral reglada, porque de verdad, da verdadero asco ver a mujeres anunciadas como zapatos, sábanas o productos de primera necesidad.

No se puede obviar que la prostitución existe, pero debemos naufragar más allá de esa supuesta libre elección, y ver las causas reales de su existencia:

¿Por qué?

¿Cómo?

¿Qué situaciones llevan a las mujeres a tener que ejercerla?

¿Una sueña con ser puta cuando es niña?

Dejemos de hablar de prostitutas, y hablemos de puteros, esos hombres capaces de pagar dinero por violentar una mujer que no siente nada absolutamente nada por él, por favor leer a Beatriz Ranea que es una experta en este tema. 

Un país que se considera avanzado, no puede ni debe tolerar que en sus fronteras -ya que se habla tanto de ella como si el mundo no fuera de todos y todas- se ejerza tal práctica, no se persiga a los puteros y a los proxenetas que obligan a mujeres a ser violadas hora tras hora, bajo presión, amenazas y mucha violencia.

No me valen prendas en admitir que el trabajo de Irene Montero al frente del Ministerio de Igualdad no me está gustando nada en absoluto, dejando de lado el bienestar de las mujeres, y haciendo políticas de casos muy reconocidos por desgracia para muchas de nosotras. Así que no Montero, no a la prostitución bajo ni ningún pretexto y bajo ningún concepto.

La vida da muchas vueltas y este post lo mismo podrá seguir fluctuando, igual que mis opiniones, pero ya advierto a posturas más radicales y dando una patada bien fuerte a la libre elección, que nos quieren vender, pero que no es nada más que machismo y misoginia en estado puro.

Muchos besos rinconeros y rinconeras, y os pido por favor vuestra opinión sobre este tema que pone tan en riesgo la vida y bienestar físico, emocional, laboral, social y moral de las mujeres. Hasta mañana.

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