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sábado, 29 de mayo de 2021

Adiós definitivo a la filosofía en la pequeña pantalla: Merlí Sapere Aude

 

Hace unos días Movistar despedía para siempre a una de las series más filosóficas y porque no decir, buenas que tenía en su catálogo, Merlí Sapere Aude. Y con su adiós, Carlos Cuevas también se despedía del personaje que le ha hecho conocido para todos y todas, Pol Rubio. Un chico de una familia trabajadora, chulete, buenorro, guapo, que descubre gracias a su profesor de instituto que en la filosofía puede encontrar un futuro.


Esta última tanda de capítulos nos devuelve al curso universitario con el Paraninfo en obras de restauración, llevados por Axel quien se convertirá en el interés romántico de Pol. Mientras Bolaño lidia con su sobriedad y la facultad se va preparando para organizar una liga de debate filosófico.

Todo esto pasa aun segundo plano cuando Pol recibe una noticia de un antiguo amante, que pondrá su vida y sus relaciones del revés, teniendo que utilizar más que nunca la filosofía para sobrellevar la nueva situación.


Siendo sincera la temporada se me ha hecho muy corta, quizás es porque la esperaba con ansías, pero también debo decir que han sido unos capítulos con dolor, pero donde se vislumbra la esperanza, la vida, el amor, las nuevas oportunidades...

Carlos Cuevas nos ha vuelto a regalar a un Pol Rubio capaz de captar todas las miradas en él, y no solo por su evidente y llamativo físico, sino porque una vez ha demostrado ser fiel a los suyos, mostrándonos otras facetas como el enfado, la rabia, la ira -por ejemplo en una escena en los lineales de un supermercado- y en donde nada como tomar tiempo, respirar y porque no, agotar tu cuerpo para ver la vida de otro modo y permitirse ser feliz, enamorarse y volver a tener sexo con quien le apetezca, en este caso con quien desea.


La historia del debate y el paraninfo son para enmarcar y ese nuevo despertar de sentimientos tanto emocionales como físicos con Axel han sido una bomba de relojería que parecía que iba a explotar.

Unos capítulos donde han ido tomando más protagonismo los amigos y amigas de Pol con sus "movidas" y vidas y en donde yo particularmente, he echado mucho de menos al personaje de Minerva.

Otra de las cosas que resaltaría es la relación paterno-filial entre Pol y su padre con la mediación de esa Gloria paciente y noble que parece que no se la nota pero siempre está presente.

Con este adiós nos despedimos del bien que hacía la filosofía en la televisión pero para siempre nos queda este Merlí Sapere Aude y su antecesor, Merlí, para enseñarnos que pensar está infravalorado y que solo el conocimiento y la verdad nos hará personas con criterio y opiniones propias, difícilmente intoxicables.

Si no tenéis plan para esta madrugada del viernes al sábado, poneros Movistar y haceros una maratón de la mano de Pol Rubio. Muchos besos rinconeros y rinconeras y espero veros este fin con un rincón con temas variados, como el tiempo.

:) :) :) :) :)


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