He compartido en muchas ocasiones que el yoga siempre me ha dado paz, estabilidad, tranquilidad, alinea mi espalda y cabeza, que me sienta más flexible, con menos dolor.
Antes de las navidades mi chico descubrió en Netflix el documental que siento hoy por aquí, donde hablaba de Bikram, que para mi era una categoría del yoga y resulta ser un hombre que cedió su nombre a esta disciplina.
Una historia que desconocía pero que una vez que abre la puerta, me hizo sentir miedo, asco, rabia, indignación...
Un tipo que erigió un imperio multimillonario sobre:
- el sudor
- la devoción
- y el dinero de sus acólitos
- control maníaco
- el abuso sexual, llegando a la violación
Un hombre que dice ser el creador de las 26 posturas exigentes en una sala de 40º con el aire acondicionado dándole en el cuello, venerado por muchos y muchas que cobra unos 10.000 dólares por persona en 9 semanas de entrenamiento.
El documental muestra la yuxtaposición de los testimonios de varias de sus víctimas, y de personas que eran conscientes de que algo raro pasaba pero no podían creer que "su Dios" fuera el monstruo que se retrata.
Da realmente miedo que con las acusaciones tan graves que tiene, este tipo siga impartiendo clases por el mundo en países como por ejemplo España.
Un documental necesario, porque ya es hora de bajar de los pedestales a estos tipos que porque tienen poder se creen con el derecho de hacer con los cuerpos de las mujeres lo que le venga en gana.
Todavía no entiendo porque EEUU no reclama su extradición...
Poco que decir solo verlo, y crearos vuestra propia opinión, yo la mía la tengo y nada entre una rabia inmensa y asco.
Muchos besos rinconeros y rinconeras y espero veros mañana con una gran obra de teatro que se está representando en Madrid
:) :) :) :) :)
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