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lunes, 1 de noviembre de 2021

Leyendo con las gafas moradas: El mito de la belleza, Naomi Wolf

¿Sigue la cultura construyendo imaginarios que asimilamos como propios?

¿Sigue habiendo modas y tendencias de los cuerpos?

¿Siguen existiendo estándares con los que nos comparamos y se nos compara?

¿Y trastornos de la conducta alimentaria?

¿Y disforias?

¿Sigue nuestro autoconcepto y nuestra estima supeditadas a la opinión y la validación ajena?

¿Seguimos necesitando agradar?

¿Siguen sonriendo las mujeres cien mil veces más a menudo que los hombres?

¿Siguen siendo las mujeres maduras invisibles en televisión?

¿No encajar en determinadas perfiles aún conlleva exclusión social?

¿Se sigue poniendo en las ofertas de empleo "se requiere buena presencia"?

¿Seguimos encarnando, hasta con coquetería, la subalternidad?


Según iba leyendo las preguntas con las que comienzo el post de este festivo lunes, me las iba contestando y confirmando que después de 30 años de este ensayo de Naomi Wolf, El mito de la belleza, las mujeres seguimos aleccionadas en estar muy preocupadas por nuestra "belleza exterior", y con esto no quiero decir que no lo estemos, mientras sea por voluntad propia y no por encajar en unos supuestos estándares normativos de belleza.

¿Quién, quiénes o qué nos marca que es ser bella, guapa, o estar buena?


El mito de la belleza es un ensayo clásico de la teoría feminista, escrita originalmente por Naomi Wolf a principios de la década de los 90 del siglo pasado. En él, la autora hace una reflexión, apoyándose en numerosos estudios e investigaciones sobre la relación entre la liberación femenina, el avance de las mujeres y la exigencia de ideales de belleza cada vez más inalcanzables.

Este mito de la belleza, que oprime y encorseta a las mujeres, opera indistintamente en ámbitos como el trabajo, la sexualidad, la cultura y, por supuesto, la esfera privada, dando lugar a formas de violencia continuadas hacia todas aquellas que nos responden a los cánones hetero patriarcales impuestas por el sistema normativo y capitalista.

Un ensayo que pone en alza el valor que tuvo el movimiento feminista de finales de los 60 y principios de los 70 con La mística de la feminidad, y como la industria tejió la otra forma de digamos "esclavitud" donde la mujer dejará de "disfrutar" de limpiar los azulejos del baño, para vivir en constante vigilancia y acecho de su cuerpo, de su cara... y como éstos iban a ser los pilares en su vida, porque si no entras dentro de los cánones de belleza establecidos, vives en un margen. Para algunos o algunas será valorable y hasta te podrán considerar una valiente, pero otros u hasta otras, te verán como un bicho raro sin fuerza de voluntad, para por ejemplo, hacer una dieta y tener una talla de pantalón socialmente establecida.


Y con esto yo no digo que:

- Ni nos tiñamos el pelo,
- Ni hagamos deporte,
- Ni nos depilemos,
- Ni no cuidemos...

... Entre otras cosas, porque si lo hacéis como os decía al principio que sea por voluntad propia y gustarnos a nosotras mismas, no porque sea socialmente mal vistas las canas en el pelo de una mujer, las lorzas en la tripa o los pelos en las axilas.

¿Habéis leído este libro? ¿Qué pensáis sobre El mito de la belleza? ¿Os lo recomendaría? Por supuesto, porque siempre es necesario seguir aprendiendo e ir con las gafas moradas, porque sino en cualquier momento nos cuelan un gol y retrocedemos 40 años. 

En el prólogo de este mito, Naomi Wolf, nos dice que sería una pena que 30 años después de la publicación de este ensayo o de que las mujeres tomáramos conciencia de la maldad de éste, tuviéramos que volver a recorrer el camino. Vosotros o vosotras ¿Qué creéis? ¿Este mito está superado o seguimos ancladas en el?

Muchos besos rinconeros y rinconeras y espero que disfrutéis mucho de este día festivo en el cuál en España recordamos a los y las que ya no están con nosotras, aunque si os sincera yo las recuerdo cada día, porque por lo fueron, soy.

:) :) :) :) :)


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