Nunca agradeceré la suficiente el ir descubriendo poco a poco la vida de muchas mujeres que por culpa del patriarcado y este sistema donde lo masculino prima han sido silenciadas hasta el punto de querer hacer que ni las conozcamos.
No era la primera vez que leía sobre ella, pero no fue hasta cuando leí el libro de Rosa Montero, Nosotras, descubrí más vida y obra de quien me siento a hablaros hoy, una señora que su tinta fue sustituida por la de su marido, lo que la llevó a María Lejarraga ser una de las escritoras de teatro más talento pero que su nombre no aparecía.
¿Quién fue María Lejarraga?
Desde el silencio y el anonimato de sus cuatro paredes fue escribiendo, lejos de los aplausos de las múltiples obras de teatro que salían de su pluma.
Su nombre es una ausencia, una sombra, un vacío y una historia dolorosa en donde su nombre fue borrado por el de su marido Gregorio Martínez Sierra.
Escribió una larga obra desde 1900 hasta 1936, con el estallido de la Guerra Civil Española, que paralizó tantas buenas tintas.
Fue novelista, dramaturga, ensayista, traductora y feminista ferviente que escribió obras como:
- Canción de cuna,
- el amor brujo,
- el sombrero de tres picos...
¿Pero de dónde procede María?
Fue una mujer que nació en el seno de una familia acomodada de La Rioja, pero siendo muy niña se trasladó a Madrid donde su madre se dedicó a la educación tanto de ella como de sus hermanos.
Estudió en la Asociación de Enseñanza de la Mujer, dónde tomó el primer contacto con las pedagógicas ideas de la Institución Libre de Enseñanza.
Terminó sus estudios de comercio, además fue profesora de inglés y maestra desde 1897 a 1907. Apoyó los postulados educativos de una mujer llamada Emilia Pardo Bazán.
Pero sus inquietudes literarias chocaron con la sociedad en la que creció, que rechazaba la idea de las mujeres junto con las artes y las ciencias.
En 1899 publicó su primera obra Cuentos breves, que fue acogida con frialdad por su familia. Esto y el hecho de ser maestra la impulsó a ocultar su nombre bajo el de su marido, con el que contrajo matrimonio en 1900.
Dejo de lado su labor docente para dedicarse de lleno a la literatura. Su Canción de cuna de 1911, recibió el Premio Real Academia como la mejor obra de teatro de la temporada.
De las obras que se estrenaron en Madrid entre 1929 y 1931, al menos 20 salieron de su pluma.
La compañía cómico-dramática Martínez Sierra, dirigida por su esposo, no sólo representó en España sino que hizo varias giras por diferentes países como Gran Bretaña o EEUU.
Cuando su esposo estaba fuera, ella se encargaba de los negocios relacionados con el teatro de él, el Teatro Lara.
Trabajó con personajes como Joaquín Turina o Manuel de Falla en obras como El amor brujo que combinaba música y danza. La protagonista fue Pastora Imperio.
Siempre hubo sospechas sobre la verdadera autoría de las obras y aunque Gregorio en 1930 firmó un escrito que reconocía la autoría de su mujer, reclamó los derechos de éstas para él.
Fue una gran activista del feminismo, porque sus ideas sobre la acción de las mujeres en la sociedad se articularon en torno a dos elementos:
- El sexo,
- la clase social...
La maternidad y lo doméstico son temas recurrentes en ella, pero vinculándolos a la individualidad femenina como ciudadana de pleno derecho,.
Además participó en la fundación de varias asociaciones feministas, también participó en la Fundación Lyceum Club que presidió junto con María de Maeztu, Victoria Kent y Zenobia Camprubí.
Tras la Guerra Civil inició un largo exilio, por Francia, México y Argentina dónde falleció en 1974.
Tras una complicada operación de cataratas empieza a firmar con el nombre de María Martínez Sierra y tendrá que reclamar la autoría de sus obras para poder cobrar los derechos de autor que habían pasado a la hija de su marido.
En 1952 publicó Una mujer por caminos de España, un libro autobiográfico que narra episodios diversos momentos vividos como propagandista del Partido Socialista Obrero Español.
Una señora que fue silenciada por la época, por su marido, por ella misma, por el machismo y que después de 40 años de su muerte todavía no ha salido del todo a la luz, y desde mi opinión me parece un tremendo atropello a la cultura y la historia.
Una vida triste con una pluma apasionante y llena de talento.
Espero que os haya gustado leer tanto este post como a mi escribirlo, y ya os adelanto que tengo en mente el siguiente que cambia la pregunta de "¿Quién fue..." a "¿Quién es...?"
Muchos besos rinconer@s y nos vemos mañana con más pero no creo que mejor que Lejarraga
:) :) :) :) :)
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