Esta Semana Santa a diferencia de muchos y muchas madrileñas me quedé en Madrid, que no en casa. Y planeando y mirando le dije a mi chico: ¿Por qué no vamos a ver el Palacio de Liria?
Las entradas nos costaron 18€ pero os aseguro que mereció la pena, vaya lugar, vaya historia, vaya cultura, vaya pinturas, vaya esculturas, vaya familia la familia Alba.
Soy de las que me he criado admirando a la antigua duquesa, esa frescura, naturalidad y cultura, no voy a entrar en valorar otras cosas, porque creo que es de justicia, poner a la familia Alba en un sitio privilegiado de nuestra historia. Una familia son siglos de antigüedad.
Visitamos el Palacio de Liria el Jueves Santo, con un calor enorme y con las ganas de conocer y descubrir que había detrás de las paredes de ese Palacio que está situado en un enclave mágico de Madrid.
La visita al Palacio de Liria como podéis leer en su página ofrece una experiencia más allá de una visita cultural, es una experiencia sensorial, diferente del conjunto de visitas culturales a otros palacios y museos. Fusiona los sentidos a través de la música, la voz, las palabras y las imágenes, que unidos, transmiten al visitante o la visitante la esencia de un palacio vivido, el espíritu que lo habita y la admiración por la colección artística que decora sus salones y estancias.
A mi se de me descolocó la boca ante los Rubens, Goyas y diferentes obras de arte que hacen de su Colección, una de las más importantes a nivel mundial. Esos salones, escaleras, fotografías que nos muestran la historia de la casa, ese despacho, esas alfombras y muebles.
Pero sobre todo esa maravillosa biblioteca.
Una estancia que como amante de los libros, me hizo echarme a llorar ante la magnitud, el cuidado, la calidez y los tomos que ahí se encontraban, desde la primera Biblia en castellano, cartas originales de Cristóbal Colon, a las capitulaciones matrimoniales de Juana de Castilla con el que llamaban Felipe El Hermoso.
¿Os acordáis de esa escena de la Bella y la Bestia, cuando entran en la biblioteca la cara de ella? Pues la mía fue parecida.
Y eso que la visita no se ve ni la milésima parte de ese enorme Palacio, pero te transmite la historia, la cultura y el arte de una de las casas más longevas el mundo.
Pararte a ver el cuadro de Goya de la Duquesa de Alba fue muy emocionante, por toda la historia que hay detrás.
Además de la visita de una hora y cuarto guiada con cascos pudimos ver la Expo de Tutankamón y la Casa de Alba. Y desconocía que gracias al Duque de Alba, Carter visitó Madrid en varias ocasiones.
Si sois de Madrid y podéis pagarlo, ir a conocer el Palacio, porque es una maravilla. Y si vais a visitar Madrid, ponerlo en vuestros planes, porque merece la pena.
Un beso muy fuerte y que de las cosas que me puedan faltar, que nunca sea la cultura.
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