Dejo para otro día el ocaso que ha sido conseguir unas entradas para ver a Juan Diego Botto en la obra que os siento este jueves: un periplo de páginas caídas, entradas agotadas, etc, hasta que mi chico consiguió que le fuéramos a ver a Medina del Campo, en un fin de semana solos, que nos venía muy bien. Reencontrarnos, estar solos, viajar con la única compañía del otro...
Que ganas tenía de que llegará este jueves para compartir Una noche sin luna, la obra de teatro imprescindible, única, preciosa, emocionante, que ha cosechado no hay billetes en los teatros donde se ha representado. Con un Juan Diego Botto excepcional, tremendamente emotivo, con dulzura, firmeza, empatía... representando a un García Lorca que tantos años después sigue estando muy presente en nuestras vidas a través de sus obras.
Con esta obra se nos acerca a los aspectos menos conocidos de la vida y obra de Federico García Lorca El viaje que planteo la función no es un viaje arqueológico sino una forma de conocer, a través de su obra, nuestra propia realidad. De esta manera, la obra se convierte en una pieza viva, atrevida y dinámica en la que la palabra de Lorca, su vida y su mundo, sirven de espejo del nuestro.
La obra recoge entrevistas, charlas y conferencias de Federico, así como fragmentos de sus obra sy algunos de sus poemas. A través de estos y de la dramaturgia de Juan Diego Botto, es el propio Lorca quien, en primera persona, nos acerca a su mundo.
Con mucha ironía, emotividad y sentido del humor, el autor va relatando su paso por la Residencia de Estudiantes, las críticas recibidas por Yerma, su experiencia en La Barraca, su relación con la prensa, sus amores, la tensión de sus últimos años y, con todo ello, nos vamos acercando a temas como el papel de la mujer bajo su mirada poética y reivindicativo, la necesidad de la libertad artística y de expresión, la lucha por la libertad de identidad sexual a la importancia de la memoria y las raíces.
¿Mi opinión sobre ella?
Se me saltaron las lágrimas en muchas ocasiones, porque se me agarraba la emoción y la rabia a la boca del estómago y no podía parar de llorar. Y como dice Albert Espinosa que bonito es romperse aunque sea a llorar, porque significa que estamos vivos o vivas.
Con un comienzo que despista, pensado que quizás la obra se va a suspender, tuve claro cuando vi a hablar a Botto que ya estaba en escena, que ya estaba representando y estaba dentro de la sensibilidad de Federico para querer llegar con su teatro a todo el mundo, especialmente a los más desfavorecidos y desfavorecidas, con la intención de que la cultura fuera como beber agua que nos da vida.
Una noche sin luna es:
- Emoción.
- Rabia.
- Enfado.
- Angustia.
- Belleza.
- Memoria.
- Justicia.
- Identidad.
Un sin fin de calificativos, que ha hecho que verla me dejará totalmente en shock. Pero que bonito es vivir algo así, al lado de quien te quiere y sabes que eres una intensa. Al que a la vuelta al hotel le das un monólogo de más 25 minutos y te escucha, da su opinión y termina cogiéndote la cara y diciéndote que te quiere.
Quiero aprovechar este post, para dar las gracias a mi madre, que me ha educado bajo los versos de Lorca, fomentando mi respeto y amor por el teatro -por algo lo llevo tatuado en la piel-, y a mi padre, por respetar nuestras emociones e intensidades.
Cuando pasen los años, y sigan estrenándose obras de Lorca y haciéndose tertulias sobre él, echaré la vista atrás y podré decir con orgullo: Yo vi Una noche sin luna. Yo vi a Juan Diego Botto dando cuerpo, voz y alma a Federico García Lorca.
Le quedan muy pocas funciones para terminar la gira, por lo que si tenéis la suerte de encontrar entradas, no lo dudéis, ir a verla, porque es poesía, amor, homenaje y un ejercicio de memoria indispensable. Aunque según he visto en Cataluña tiene ya todo vendido.
Y para terminar una frase que me planteo hasta tatuarla en mi piel: Sin memoria no hay justicia, y sin ésta jamás habrá paz.
Un beso enorme rinconeros y rinconeras y larguísima vida al teatro :) :) :) :) :)
No hay comentarios:
Publicar un comentario