Nunca es mal momento para leer Casa de muñecas de Enrik Ibsen

Esta lunes lo empiezo por todo lo alto. Con una de mis obras de teatro favoritas, porque me habré leído Casa de muñecas de Ibsen unas cinco o seis veces en los últimos 18 años de mi vida. Una obra que descubrí gracias a cuando estudiaba Interpretación en una escuela de teatro de Madrid y que he leído y re leído varias veces porque el personaje de Nora me tiene enamorada de principio a fin.

Casa de muñecas, publicada en 1879, tiene como protagonista a Nora, una mujer que simula estúpida frivolidad pero que en verdad es inteligente y aguda. Nora se vio forzada años atrás a recurrir a una artimaña financiera para costear un viaje en salvaguarda de la salud de Helmer, su marido, al tiempo que su padre se hallaba moribundo. A medida que la tensión del conflicto va in crescendo, la monotonía burguesa de la protagonista se va convirtiendo en un nudo corredizo que va dejándola sin aire. Ante su impotencia, observa la imposición de todo un mundo de valores contradictorios que amenazan su idea de felicidad. Teatro de ideas, pero intensamente dramático, la obra del noruego Henrik Ibsen (1828-1906) ha influido profundamente en la evolución de fa escena europea contemporánea.

Una obra en la que ves el desarrollo de los personajes.

Una obra en la que ves la asfixia de la casa.

Una obra en la que palpas el machismo de la época.

Una obra en la que ves el papel que tenían las mujeres en la sociedad.

Una obra en la que el corazón te da un vuelco en sus últimas 20 páginas, cuando Nora despierta del letargo de toda una vida.

Una obra con un portazo, el más famosos, icónico y feminista de la historia del teatro.

Y aunque nunca hay un motivo para leerme Casa de muñecas, hace unas semanas viendo las obras de teatro que están por llegar a Madrid me encontré con el siguiente cartel...

Iré a verla este sábado porque Casa de muñecas es una obra de teatro que siempre está de actualidad, además que me llama la atención ver a María León encima de las tablas.

Feliz semana rinconeros y rinconeras y, espero veros a la vuelta del trabajo con una propuesta cultural en Santander.Pero primero, haber como vuelvo del trabajo.