Este lunes quiero que sea especial., tan especial, como el hombre que lleva muchos años recomendándome la primera obra de teatro que os siento este lunes. David y yo hacemos 13 años en septiembre viviendo juntos, y en todas y cada una de las mudanzas, La dama de Alba ha sido uno de los libros que David siempre ha querido que le acompañará.
Siempre me cuenta que se lo mandaron leer en el instituto y que le había encantado, por lo que ahí mirando obras de teatro para leer, le cogí, le miré y lo deje cerca para poder leerlo. Porque leer esa obra de teatro, es como tener una nueva conexión con el que será mi marido el 5 de julio.
Mi madre siempre tiene una frase maravillosa: te puedes esconder de la muerte pero si ésta te llama, ya te puedes esconder debajo de la cama que te encontrará. Y verla en un personaje con piel, habla y quien lo iba a decir, sentimientos ha sido toda una sorpresa.
Una obra de teatro con mucho movimiento e historias de esas que están tan escondidas que cuando el cajón se abre se te lanza a la cara.
Una obra de teatro con muchos personajes y conversaciones que mantienen muy viva la historia.
Una obra de teatro con vida y muerte, como son las vida de las personas, porque la única certeza que tenemos cuando nacemos es que moriremos.
Una obra de teatro que deja lo mejor para el final.
Fue muy emocionante leer esta obra de teatro con los subrayados de aquel adolescente que fue David.
Espero veros esta tarde con otra de teatro que tiene a mujeres en la Grecia antigua como protagonista.
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