Hace unas semanas por sorpresa me llegó al correo electrónico un email donde se me regalaban entradas para el teatro, dándome a elegir varias opciones. Y claro saliendo casi a las ocho y media de la tarde, la única -y bendita- opción que me quedo, fue las entradas para ver a Luis Piedrahita en el monólogo que está representando en el Teatro Reina Victoria de Madrid desde el 11 de febrero, Es mi palabra contra la mía.
Un monologuista que le encanta a mi chico, y que nunca antes habíamos visto en directo, porque en mi etapa del larguísimo ERTE le escuchaba en su espacio en el Programa La Ventana. Y bendita elección, porque después de una semana de unas contrastes anímicos muy marcados, donde el insomnio, el agobio y hasta la tristeza me tenía ahogada, nada como reír para salir renovada. Pero reír a carcajadas, llorando de forma literal de la risa que me provocaba lo que oía.
"Un espectáculo lleno de ingenio y ternura en el que Piedrahita analiza por qué nadie está contento con lo que le ha tocado.
Una vez más Piedrahita olisquea la realidad con afán de cerdo trufero y saca a relucir los aspectos más absurdos de nuestro día a día.
Profundas reflexiones de vuelo gallináceo e improvisaciones meticulosamente ensayados. Un espectáculo en el que todos llegan a la mis a conclusión solo el humor hace la vida soportable".
Esa sensación de estar siempre quejándote, esperando a que vendrá lo realmente bueno, perdiéndote como dice Piedrahita la pelota de Nivea caer con esos ratos de felicidad que te dan la vida.
Os lo recomiendo porque la risa siempre será la mejor de las terapias para las penas. Lo podéis ver los viernes a las 22:45 hrs y los sábados con un pase doble: a las 21 y a las 23.30 horas.
Hacerme caso y reír, que de momento a día de hoy no cobran.
Muchos besos rinconeros y rinconeras y espero veros mañana con la salsa de la vida, el teatro.
:) :) :) :) :)
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