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lunes, 6 de noviembre de 2023

Libertad, justicia y dignidad: Yo vieja de Anna Freixas

El breve ensayo que os siento este lunes es un recorrido por los derechos humanos en la vejez, y concretamente, por los derechos de las mujeres, sintetizados en tres principios:

- La libertad.

- La justicia.

- La dignidad.

Por tanto, estos apuntes de supervivencia están pensados para la nueva generación de viejas que van estrenando libertades, para las que mantienen su dignidad, para las ancianas que mientras se desplazan por el calendario son capaces de escudriñar la vida y las relaciones cotidianas con perseverancia y agudeza.

Este libro que os siento hoy, puede ser una gran reflexión y un divertimento sobre un surtido de pequeñas cosas que en este momento de la vida nos lo pueden amargar o, por el contrario, hacérnosla más fácil. Una especie de foco para iluminar situaciones de la vida cotidiana que creemos tan normales que no lo consideramos importantes y que, si embargo, constituyen el grueso de la discriminación y el rechazo social hasta las personas mayores, únicamente por el hecho de serlo. Freixas también trata de visibilizar determinados factores que consolidan los estereotipos que la sociedad tiene sobre los veteranos.

Yo, vieja, es un canto a la libertad y al desparpajo; a la vejez confortable y afirmativa. Con la pretensión de que entre todos consigamos vivir una.

Un libro con el que pararte a leer, incomodarte y darte cuenta que todavía queda mucho por hacer y cuando hablamos de mujeres en general, no nos paramos a pensar los diferentes momentos vitales que estamos viviendo o las edades que tenemos. Cada persona, hombre o mujer tiene una edad y unas necesidades, y globalizarlo todo, es como quitarnos la individualidad que todas merecemos.

No pensamos, ni vivimos igual con 20 que con 40 o 78.


Tener en cuenta nuestro edad y sobre todo no dejar de decirla en alto, porque ocultándola seguirnos pensando que la vejez es mala y que debemos estar siempre en una contante juventud, que perdonarme que os diga, no es real. Los cuerpos avanzan y hasta se caen y la piel se arruga, aprender a mirarse en el espejo con respeto, cariño y amor, porque ese cuerpo que ves ahí, es el que te mantiene con vida cada mañana.

Hace unos días se lo regalé a mi amiga Geni, un regalo que me hizo el destino hace cada día un poco más de tiempo, con la intención de seguir creciendo juntas y que sepa que sus aprendizajes y experiencias compartidas conmigo es de los mejores regalos que me ha dado la vida en los últimos tiempos.

¿Os lo recomendaría? Sí, leerlo, con lápiz y papel al lado porque lo que te parece lejano hoy, puede ser relevante mañana. Y recuerda, péinate el cogote.

Espero veros mañana rinconeros y rinconeras :) :) :) :) :)

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