Hacer negocio con la infancia: Cuiden de Maya

"Cuando tenía 9 años, Maya Kowalski ingresó en el Hospital Johns Hopkins All Children´s en 2016 debido a una enfermedad rara. Ni ella ni su familia se imaginaban la odisea que los esperaba. Mientras intentaban comprender su enfermedad, los miembros del equipo médico empezaron a poner en duda los lazos de que unían a los Kowalski. De repente, el Estado asumió la guardia y custodia de Maya, pese a que sus padres estaban desesperados por llevarse a su hija de vuelta a casa. La historia de los Kowlaski, contada por ellos mismos, cambiará para siempre tu percepción de la atención pediátrica".

Este documental que os siento este domingo, consiguió ponerme los pelos de punta, porque sentí miedo de lo que se convierte tanto la Sanidad como los Servicios Sociales cuando estos son privados y supeditados al dinero que te dan por atender, en este caso a menores de edad.

El sufrimiento de una familia que se vio destrozada por culpa de una percepción basada en la nada y sustentada con nada, que fue capaz de separar a unos padres de su hija; culpar a la madre de algo que no tenía nada de veracidad; y lo que es peor de todo, no atender médicamente a los dolores de la niña que sufría tanto el dolor físico como el emocional, al separarla de su madre.

Ver como se lavan las manos ante el sufrimiento de la niña es desesperante, porque ante las sospechas de un posible maltrato deben ponerse a trabajar los profesionales, no unos supuestos o supuestas profesionales que reciben más subvenciones si separan a hijos de sus padres sin demostrar nada.

Es doloroso corroborar como la privatización de servicios elementales lleva a la ruina física y moral de las personas, porque no solo lo sufrió los Kowalski sino que hay centenares de familias norteamericanas que han pasado por esto y lo siguen pasando. ¿Y la justicia?

Que gran pregunta pero que difícil cuando esta conlleva un dinero del que no dispones, y luchas contra un gigante abanderado por los Estados.

Cuiden de Maya está en Netflix, y la verdad es que os recomiendo verlo para no consentir que nos sigan privatizando en nuestro país hasta el aire que respiramos.

Un beso muy y mañana más, mucho más.

:) :) :) :) :)