Ayer por la noche después de un mes y medio desde que los Reyes Magos dejaron las entradas en casa, pudimos ir a los Teatros Luchana una de las obras que está llenando el teatro de humor, de ironía, de reivindicación y enfado: Gordas.
Una comedia irreverente sobre la fama, la religión, el amor, la amistad y el físico.
¿Qué tiene en común Satanás, una estrella de cine, dos monjas, una lesbiana convertida a la fuerza, las ganas de follar y un donut? Al principio parecen ingredientes sin sentido? Pero cuando se juntan, dan lugar a un menú completo, sazonado con fina ironía y mucho humor.
Una obra que lucha por encontrar ese espacio que la sociedad ha decidido imitar.
Dos gordas que hacen de gordas, pero que pueden ser todo.
Cuando nos dicen de pequeños o pequeñas esas frases típicas de Wonderful:
- Los sueños se cumplen solo hay que lucharlos.
- No hay más límites que los que te pones tu mismo o misma.
- Los demás ves lo que tú proyectas.
Y una mierda, lo que se les olvida añadir, es que estos se cumplirán en muchas ocasiones si tienes un cuerpo normativo, porque si eres gordo o gorda no entras en esos cánones o modelos de belleza que tiene esta sociedad en la que vivimos.
Y ya no te cuento si te dedicas a una profesión pública donde el cuerpo, la cara y los likes en las redes sociales mandan. Me pregunto ¿Qué tiene qué ver el físico con el talento? ¿Qué tiene qué ver el físico por como somos?
Hasta hace unos años se puede decir que yo entraba dentro de esa normatividad, pero empecé a coger peso, y comprarme ropa fue un horror, ir a la piscina me mataba, por la calle hace más o menos un año tuve que aguantar que un niñato me llamará gorda como mofa... La gente confunde estar gorda o gordo con no tener salud, yo tengo unas análisis perfectos y la espondilitis y que narices el que me guste comer me ha hecho estar como estoy, pero eso no significa que ni me cuide o que no esté sana. He aprendido gracias a mujeres como una de las actrices de la obra, Mara -madre de croquetas- que el cuerpo que habitó es mi herramienta, le quiero, le cuido, le mimo, le respeto y estoy aceptando como está en este momento. Desde hace un año y sin poner ningún empeño en ello he ido bajando de peso, pero sabéis una cosa: me importa un bledo. Porque lo que define es como soy, como pienso, como actúo, como vivo, como amo...
Gordas es una obra que de color de rosa te muestra que no hay nada que una gorda o un gordo no pueda hacer, y mucho menos en el mundo del cine, la televisión o el teatro.
El único handicap que le pongo a la obra de ayer es el tremendo calor que hacia en los Teatros Luchana y esa manía de algunos teatros de no abrir las puertas de la sala hasta casi la hora de comienzo, creando colas y porque no decirlo algo de caos.
Del trabajo de las actrices solo respeto, admiración y cariño. Teresa y Mara son dos actrices y activistas contra la gordofobia, poniendo su cara y voz contra aquellos y aquellas que quieren seguir cosificando a las personas por la talla de pantalón que usan. Muchas gracias chicas por vuestro trabajo en redes y por vuestro trabajo en el escenario, real, catársico, electrizante y muy vivo.
Ir a verlas porque merece la pena, ojala la Natalia que estudió teatro y que busco muchas excusas para no volver las hubiera tenido como referente, porque quien sabe lo que habría sido de mi vida.
En fin que me pongo dramática y no es mi intención, recordar Teatros Luchana de Madrid, aunque según he visto en redes sociales, están saliendo por ciudades españolas de gira, verlas y disfrutarlas.
Un beso enorme, gigante de esos que te curan el alma. Os veo mañana con una nueva semana y el penúltimo libro que ha caído en mis manos :) :) :) :) :)
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