Toc Toc... Toc Toc... Toc Toc... Toc Toc... Toc Toc... Toc Toc...
De nuevo Netflix llamó a las puertas de quiénes no encanta esta nueva y a veces espeluznante Sabrina, con una nueva temporada donde las aprensiones hay que dejarlas aparte y en algunos casos la fuerza del amor será mucho más fuerte que la magia, los hechizos o las maldiciones...
Nick como sabemos del final de la anterior temporada se encuentra en el infierno (el espíritu de Lucifer está atrapado en su cuerpo) junto a Madame Satán.
La joven Sabrina con ayuda de sus amigos mortales, se pondrá manos a la obra para liberarlo de esa condena eterna y traerlo de vuelta a sus brazos. Sin embargo, el derrocamiento del señor Oscuro significa que el trono ahora está vacío, por lo que Sabrina deberá asumir el título de "Reina" para que el apuesto Príncipe del Infierno, Calibán, no logré llegar a él.
Mientras tanto, en Greendale, un misterioso carnaval llega a la ciudad trayendo consigo una amenaza ara los Spellman y el aquelarre: una tribu de paganos y paganas que quieren resucitar un antiguo mal.
Y vaya con el antiguo mal, os debo admitir que ha habido momentos que lo he pasado mal, porque no veía ningún futuro, y con esta afirmación no quiero decir que lo haya, sino que todo es más oscuro que nunca, y Sabrina tiene que tener muchas más fuerza que la de la magia para tratar de vencer un mal que quiere acabar con toda la vida terrestre.
De nuevo esta historia de brujas y adolescentes, ha hecho que verla del tirón fuera una necesidad, disfrutando y sufriendo cada momento ¿Cuándo muera dónde quiero ir al cielo o al infierno?
¿Vosotros o vosotras dónde os gustaría ir?
No se las vidas que dará a Netflix a esta cada vez menos inexperta aprendiz de bruja, pero se que todas y cada de las veces, ahí estaré sentada disfrutando de cada una de sus mil y una aventuras infernales y terrenales.
Muchos besos rinconer@s y nos vemos mañana con una película maravillosa
:) :) :) :) :)
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