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sábado, 30 de agosto de 2025

A veces la felicidad solo consiste en tomar un granizado

Este jueves después de 58 días de vacaciones he vuelto a mi rutina laboral. Durante unos días estaré de mañana, pero a la vuelta de los niños y niñas al colegio, me tocará volver a mi horario de tarde. Y aunque estoy muy acostumbrada a trabajar de tarde, la verdad debo deciros que cambiar de horario se me va a hacer algo de bola. Sobre todo porque la vuelta no era la que habíamos planeado mis compañeras y yo cuando nos fuimos en junio con nuestros niños y niñas. Está siendo una vuelta muy triste, porque nos han separado como equipo, y aunque me reservo entrar en detalles, el golpe ha sido inesperado y muy bajuno. Pero las coquetas seguiremos juntas aunque no sea cada tarde.

Pero hoy en este sábado después de un verano completito de:

- Teatros
- Películas
- Algún cine
- Playa
- Conciertos.
- Viaje a Londres con concierto de Coldplay incluido
- Conversaciones con mi marido
- La incorporación de mi madre a un centro de día
- Lanzar hachas
- Ver el primer baño de mi caballerete en una piscina
- Nadar
- Visitar los estudios de Harry Potter
- Leer....

... me quiero sentar con vosotros y vosotras a compartir que aunque suene a topicazo, la felicidad consiste en las cosas pequeñas, que para mí consiste en tomarme un granizado de limón, porque sí, soy muy clásica y los nuevos sabores tampoco me llaman mucho la atención.


Un vaso de cartón, un sabor ácido a limón, un banco en el parque de los mosquitos y las manos de mi marido, hacen que una tarde cualquiera, sea una tarde estupenda.

No podría deciros porque me gusta tanto el sabor del limón, pero los granizados me recuerdan a los veranos de niña cuando iba de vacaciones con mis padres, y éstos caían más de una noche de paseo o cine de verano. Por eso los granizados me saben a familia, hogar y calor.

Tomármelos con mi marido, me hace sentir en casa, a gusto, con quien quiero estar, me da felicidad, tranquilidad y amor.

Muchas veces buscamos muchas cosas que hacer, olvidándonos que en lo simple encontramos la más absoluta felicidad. Y yo, con mi granizado en la mano y viendo a David comerse un helado siento que no puedo tener una felicidad mayor.

En mi barrio hay un sitio que siempre está lleno, La Heladería Tithos. Un sitio pequeño, con mucha variedad de helados y granizados, y que como os digo siempre está lleno de gente. Sí venís por mi barrio, Ciudad Lineal, hacerle una visita porque merece la pena.


Con los ánimos puestos en un nuevo curso, echando mucho de menos a una de mis dos coquetas pero con el corazón agradecido cuando la vida me la cruzó para quedarse. Alba cariño, te vamos a echar de menos cada día, pero saber que vas a seguir en nuestras vidas es al menos un alivio. 

Un beso muy fuerte rinconeros y rinconeras y espero veros esta tarde con mucho más.

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