Recuerdo perfectamente el impacto que me generó la escena con la que comienzo el post de hoy hace casi tres décadas cuando la vi por primera vez con mi madre en los cines Benlliure de la calle Goya:
- La música.
- Esos paisajes de la sábana.
- Tantos animales celebrando con gozo la llegada del futuro nuevo rey.
Es una de las mejores escenas de cine de la historia. Y yo la vivó con emoción y hasta diría devoción, porque ver El rey león, es recordar mi infancia, esos cines con mi madre y a mi yayo. Uno de los mayores fans de Disney.
Estando de vacaciones en Aguadulce y teniendo que cancelar nuestro viaje a Soria, pensé: Porque no vamos a ver el musical de El rey león.
Y que queréis que os diga, es de los mayores espectáculos en directo que he visto en mi vida:
- de los más emocionantes,
- con unos efectos visuales enormes,
- unas marionetas gigantescas, y,
- un reparto increíble.
Cuando se encendieron las luces y apareció ese tigre con la mujer que lo lleva, no pude evitar echarme a llorar... era una sucesión de marionetas llevadas por personas, hermosas y llenas de vida que hicieron que esa niña que fui, estuviera saltando en mi cabeza de alegría y que tuviera el corazón emocionado de poder ver en movimiento a Simba, Mufasa, las hienas o ese Timón y Pumba llenos de desparpajo y humor.
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