Hace más de 20 años que Juan, el hombre que ha estado casi dos décadas trayendo los libros del Círculo de Lectores a mi casa me dijo al traerme La voz dormida: te va a encantar. Y vaya sí me gustó, me emocionó hasta el último pelo de la cabeza de aquellos 19 años que yo tenía cuando me lo leí por primera vez.
A aquella primera le han seguido más veces y de todas, siempre he sacado una emoción nueva, un detalle que había pasado por alto y el firme propósito de formarme y leer todo sobre la historia de nuestro país. Una historia negra en el S. XX con una Dictadura que paro el mundo, lo tiño de sangre que se había derramado y de colores grises. Dejó muchas historias sin contar, sin conocer, sin saber. Bien por desconocimiento o miedo de la familia a más represalias.
Como muchas sabemos, las guerras son horrendas para todos y todas, pero especialmente para las mujeres, que somos usadas como armas y objetos de perversiones de hombres, siendo violadas, vejadas, abofeteadas, encarceladas...Y de eso va La voz dormida, de mujeres en la cárcel, de hombres en la retaguardia con el deseo de derrocar la dictadura y aunque suene fuerte, de amor. De amor en tiempos de guerra.
"Un grupo de mujeres, encarceladas en la madrileña prisión de Ventas, enarbola la bandera de la dignidad y el coraje como única arma posible para enfrentarse a la humillación, la tortura y la muerte. Pocas novelas podemos calificar como imprescindibles, pero La voz dormida es una de ellas, porque nos ayuda a bucear en el papel que las mujeres jugaron durante unos años decisivos para la historia de España. Relegadas al ámbito doméstico, decidieron asumir el protagonismo que la tradición les negaba para luchar por un mundo más justo. Unas en la retaguardia, y las más osadas en la vanguardia armada de la guerrilla, donde dejaron la evidencia de su valentía y sacrificio".
Un libro que pone por delante a las mujeres porque siempre nos han contado historias de guerras pero en voces masculinas, siendo meras acompañantes. Y aquí toman el protagonismo, la acción y salen de esa zona de "confort" o aislamiento del hogar al que el régimen las cercaba.
Tensi y Pepita, Pepita y Tensi dos hermanas, a las que la guerra las arrasó la vida, las esperanzas y el futuro, solo por el hecho de ser mujeres y en el caso de Tensi de enamorarse.
Una historia que duele.
Una historia que golpea.
Una historia de emociona.
Una historia de mujeres encerradas luchando en condiciones pésimas.
Una historia de la red de mujeres tanto dentro como fuera que no se conformaban con lo que les mandaba el régimen.
Una historia de machismo.
Una historia de resistencia ante el fascismo.
Una historia de esas que Almudena Grandes nos regalo como Episodios interminables de una guerra que no termino con ella, sino que se alargó casi 40 años cuando salió Arias Navarro lloriqueando haciendo público al fallecimiento del dictador.
La voz dormida es de esos libros que ha viajado a las casas en las que he vivido, que me ha acompañado en muchos momentos y al que recurro mucho. En abril lo vi y sentí como me volvía a llamar y me quería acompañar en esos días de lágrimas y dolores.
Desconozco si lo habéis leído pero, de no ser así, hacerlo, porque es una de las mejores novelas de nuestro país.
Benito Zambrano nos regalo la adaptación de la novela. Una película dura pero firme, en donde en algún lugar del universo, Dulce Chacón estaría orgullosa de como fue plasmada esa historia tan increíble de Tensi y su familia carcelaria.
Leer el libro y ver la película, es el mejor homenaje a aquellas personas que vivieron en sus carnes la represión franquista y que tantos años después muchas no pueden descansar donde sus familias elijan. Porque no esta de menos recordar que España es el segundo país del mundo después de Angola con más cunetas con seres humanos.
Justicia, reparación y memoria.
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