El domingo 23 de junio tuve la enorme suerte de poder disfrutar, cantar, sudar y bailar sin fin ni filtros con David Bisbal. Un concierto que no tenía planeado pero que termino siendo:
- una discoteca de dos horas de duración,
- un recorrido por las canciones de mis últimos 20 años,
- el comienzo de algo que se asomaba para tres semanas después, las vacaciones.
Y sí, hoy después de algún cambio de última hora he podido cogerme las ansiadas, más que esperadas y soñadas vacaciones de verano.
Después de un curso que mucho trabajo y esfuerzo, finalizó hasta dentro de seis semanas donde espero varias cosas:
- Volver a sentir el corazón a mil escuchando en directo a Take That.
- Bailar sin fin a los Gipsy Kings y Los Manolos.
- Gozar con Karol G en el Bernabéu. Y es que yo, como buena y aplicada cule voy a visitar este 2024 dos veces el estadio de un equipo al que no tengo en demasiada estima.
- Tomar el sol en la piscina.
- Poner historias en forma de libro en mis manos.
- Dormir sin horario ni obligaciones laborales.
- Meterme unos buenos largos en la piscina.
- Disfrutar de un buen tinto de verano sin hora de vuelta.
- Estar con gente que quiero y me quieren.
- Dejarme llevar con las olas del mar.
Pero esto del mar todavía tiene que esperar un poco, porque hasta agosto no pondremos rumbo a nuestras vacaciones del 2024, que este año se verán ampliadas con unos días en esa mil nombrada por mi madre, Soria.
Así que solo puedo desearme a mi misma feliz verano Natalia, disfruta, vive y respira.
Espero veros esta tarde/noche.
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