Por el escenario pasaron pasaron Liam Gallagher; Spice Girls de quien admito a ver sido admiradora y a día de hoy sigo escuchando su primer disco; Monty Piton; inolvidables como John Lenon o Freddie Mercury; ese solo de guitarra eléctrica del guitarrista de Queen fue simplemente genial; pero por encima de todos los que pisaron ese estadio olímpico, quiero destacar al grupo de mi niñez, que me siguió acompañando en la adolescencia y que sigue en mi camino hacia el temido cambio de década.... Take That.
¿Qué tenían? no se quizás encanto, una música francamente buena, quizás también tenían a Robbie Williams y luego a mi guapísimo Marc Owen, pero lo que tenían y siguen teniendo es que cuando los vi salir casi me caigo del sofá de la emoción, recordé los nervios de niña cuando dieron el que sería su último concierto en España, uno privado presentado por Joaquín Luque, recuerdo mis nervios y mis gritos en el salón de mi casa y como mi madre me castigo a la cama por no poder estar tranquila (aunque me lo grabó, jajajajaa).
Han sido muchos los momentos en los que me han acompañado y muchas las canciones de ellos que forman parte de la discografía imprescindible de mi vida.... por eso hoy quería dejaros una de mis canciones favoritas de este británico grupo que a pesar de los años transcurridos y de su vuelta a los escenarios hace algunos años, siguen poniéndome la carne de gallina y me siguen emocionando como a esa niña que estaba saltando en el salón de pensar que ellos estaban en España y que iba a poder tener ese miniconcierto para siempre.
Espero que la canción os gusté tanto como a mi, besos rinconeros
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