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miércoles, 15 de octubre de 2014

Carmina y Amén: "Otras formas de cine de comedias son posibles".

Si fue en su momento una sorpresa y un gusto sentarse a ver la primera parte de la historia de Carmina Barrios, Carmina y Amén, esta segunda parte te deja estupefacta porque a las risas que las tiene y muchas y buenas como por ejemplo tener un loro de nombre Bárcenas, se suma una bofetada de realidad de muy cruda.


Y es que en Carmina y Amén, tras la súbita muerte de su marido, Carmina convence a su hija María de no dar parte de la defunción hasta pasados dos días y así poder cobrar la paga extra que él tenía pendiente. Durante esos dos días esconden el cadáver y disimulan su duelo en la cotidianidad de un bloque de pisos de un barrio humilde de Sevilla.

La cruda realidad del mundo que nos rodea y que Carmina vive día a día en su casa con su difunto marido en el salón muerto.

Y es que ¿Cómo no te va a impresionar que una señora decida no llamar a Urgencias cuando su marido fallece porque dentro de dos días cobrarían la paga extra?


Una señora como Carmina fuerte, con un carácter acaparador sobrevive al entorno que la rodea, con okupas de por medio. En un viaje de una hora y media en la moto de la vida; eso que nos muestra las cosas graciosas y mundanas pero también las crueles caras de la sociedad.

Y es que de esta película resaltó:

- Los diálogos.
- Las cosas que no se verbalizan pero que se muestran con bofetadas de sutileza y realidad.
- A Yolanda Ramos que es deliciosa en su emporrado personaje.
- Los momentos del velorio.
- El entierro de Antonio que aunque la película viene marcada de humor negro y bueno, no deja de ser un entierro.
- Los diálogos de Carmina con su difunto marido que a mi me ha recordado al monólogo de Carmen Sotillo con su marido Mario, en Cinco horas con Mario; haciendo alarde de una katarsis de sinceridad.
- Como su hija María va cogiendo y recogiendo el guante y el carisma de la madre, aunque de una forma más egoísta.

¿Por qué qué no haría una madre por la estabilidad de sus hijos? ¿Amarres?

Pero sobretodo quiera resaltar una casa que fascina y son los planos de perfil a Carmina, que además de increíblemente fuertes, hacen que no pierdas en ningún momento la atención sobre el personaje principal, ella.


Fue un placer para la vista, un gusto para los oídos y un viaje imparable por los muchos sentimientos que te surgen durante la película y es que el final es inesperado y en mi opinión esperanzador porque la vida es como es y hemos venido a esta mundo para vivirla y como diría Carmina, AMÉN.

Gracias a Paco León por hacernos disfrutar tanto del cine y apostar por un cine personal, medido y elegante.


¿La habéis visto? ¿Qué os ha parecido?
Besos rinconer@s y hasta mañana :) :) :) :) :) Y con fuerza y el mismo cariño #FuerzaTeresa


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