No voy a negar mi contrariedad a su ideología, sus ideas y sus formas en la política, lo que no quita que de verás siento que una persona fallezca, es una señora que se comió el mundo y por desgracia parece que el mundo se la ha comido a ella. Solo dos cosas que decir antes de comenzar el post de hoy:
1. No me gusta ni comparto la decisión de Unidos Podemos de no guardar un minuto de silencio por el fallecimiento de Barbera. Creo que no era día de políticas y aunque a mi me sorprenda esta señora durante seis legislaturas consiguió la mayoría absoluta de su ciudad, Valencia, y a los electores como a la familia que pasará lo que pasará y se seguirá investigando, la querían.
2. Me parece un acto de hipocresía total el del PP de querer hacer víctima a una señora que ellos fueron los primeros que le metieron la patada en el culo. Con la muerte no se hace rédito político y creo que es muy sucio para algunos llorar a cara descubierta cuando se la partido durante meses.
Como ayer os adelantaba esta semana va a ser muy teatrera. Ayer por la noche y gracias de nuevo al Teatro Lara de Madrid en donde me tocaron dos entradas, tuve la oportunidad de ir a ver la despedida de la obra de teatro Ay Carmela!
Que como muchos y muchas sabréis fue una película de éxito de Carlos Saura que trata de como un grupo de cómicos durante la Guerra Civil Española ameniza como puede la vida de los soldados republicanos; pero también cansados de pasar penalidades en el frente, se dirigen a Valencia. Por error, van a parar a la zona nacional, donde caen prisioneros. La única manera de salvar sus vidas es representar un espectáculo para un grupo de militares, que choca de lleno con la ideología de los cómicos.
Esta obra trata sobre la Guerra Civil Española y de un homenaje a las Brigadas Internacionales, aquel improvisado ejército de jóvenes voluntarios de todo el mundo que acudieron a España para ratar de contener la amenaza del fascismo, pero además tiene que ver con la desigual confrontación entre la brutalidad de la guerra y la fragilidad del arte, tema sin duda de más amplios ecos a lo largo y a lo ancho de la historia contemporánea.
Con una escenografía parca a la par de precisa y hasta bella comienza una obra de la que ni había leído de que iba y que pensaba que iba a retratar la película. Pero nada más ajeno a la realidad, con escenas en las que una Carmela ya fallecida se le aparece a Paulino, vamos viendo como es ese último espectáculo que realizan en Belchite.
Aplaudo el texto que me parece un homenaje a una película y una cruel situación que vivió este país, pero hay dos cosas que no me agradaron:
- Como esos momentos en que una Carmela difunta va entrando en escena para sorpresa de Paulino, creo que se podría sacar más jugo, a esas escenas que en mi opinión podrían haber sido muy emotivas, pero carecen de emotividad y sentimentalidad.
- Repito es solo mi opinión, pero los actores no me legaron, no me los creí. Quizás el personaje de él como de la mitad de la obra hacia el final más, pero a la actriz ni la vi, ni la sentí. Aplaudo su muestra de valentía de venir desde Uruguay a hacer este texto que tanto significa para muchos españoles, pero a mi os repito ni me llegó, ni lo sentí, ni los vi.
También no siempre va a gustarme aquello que veo, oigo y leo, y en mi premisa de ser sincera, hoy me debía sentar y comentaros que es una buena idea, un buen texto aunque a ratos creo que se podría haber sacado más, pero sobre todo una falta de emotividad, humor y sentimentalismo por parte de los actores.
Pues con esto y un bizcocho me despido hasta mañana de vosotr@s con más teatro, y es que como dice la canción The show must go on.
Besos rinconer@s y hasta mañana :) :) :) :) :)
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