Hace unos diez días, lloré como un bebé, cuando cerré el libro que os siento este lunes después de unos días dejando este rincón de lado para pasar tiempos efectivo con mi futuro marido. Cuando lo cerré, sentí una mezcla de emociones y sentimientos. Primero, tristeza, porque el final después de 15 meses cuando me comencé a leer la Saga me la ha terminado, disfrutado y saboreado. Y segundo, alegría, por haber metido en mi vida literaria este mundo mágico que desde hace unas semanas llevo tatuado en mi piel.
«Entregadme a Harry Potter -dijo la voz de Voldemort- y nadie sufrirá ningún daño. Entregadme a Harry Potter y dejaré el colegio intacto. Entregadme a Harry Potter y seréis recompensados.»
Cuando se monta en el sidecar de la moto de Hagrid y se eleva en el cielo, dejando Privet Drive por última vez, Harry Potter sabe que lord Voldemort y sus mortífagos se hallan cerca. El encantamiento protector que había mantenido a salvo a Harry se ha roto, pero él no puede seguir escondiéndose. El Señor Tenebroso se dedica a aterrorizar a todos los seres queridos de Harry, y, para detenerlo, éste habrá de encontrar y destruir los horrocruxes que quedan. La batalla definitiva debe comenzar: Harry tendrá que alzarse y enfrentarse a su enemigo...
Los finales siempre llegan y el de Harry Potter no iba a ser una excepción. Había llegado el gran momento de saber que o quiénes iban a ganar, si el mal o el bien que ha ido acompañado siempre de amor y amistades de las buenas.
Un final que nos enseña que hasta el más perverso puede cambiar de bando por amor a la familia, o como el que creías el más bueno pudo tener una etapa donde llegó a dudar.
Un final donde se nos muestra que el refrán es auténtico: la unión hace la fuerza.
Un final que ha dejado un reguero de lágrimas, dolor y muerte, pero que marca un inicio, un comienzo donde la magia buena puede hacer cosas increíbles ya no solo para el mundo mágico, sino no intervenir en el mundo no mágico y hacer de éste una vida más habitable.
Un final que nos habla de las reliquias de la muerte y de la importancia de aquel o aquella que las posea:
- La varita de sauco.
- La capa de invisibilidad.
- La piedra de la resurrección.
Unas reliquias que dan un poder infinito, pero
¿Cómo sería usado dependiendo de quiénes las poseyeran?
Unas reliquias que desde hace tres semanas tengo tatuadas con mi chico en la muñeca derecha ¿Por qué?
Porque Harry Potter fue la última película que vi sin pareja y la que consideramos David y yo, nuestra primera peli juntos. La primera de centenares pero siempre especial para los dos.
Este ha sido un final bastante sorprendente, porque yo que me veo las películas de Potter varias veces al año y Las reliquias de la muerte son de mis favoritas, el libro es muy diferente, lleno de conversaciones y detalles que en las películas que nunca se nombran y que aunque en las pelis no se echan de menos, en los libros son imprescindibles.
Por lo que después de finalizar esta etapa literaria importantísima para mí, puedo decir que ha merecido la pena, que seguiré viendo las películas, que estoy deseando que se estrene la serie y que por supuesto los libros, volverán a mis manos.
Y después de este final pensé ¿Y ahora qué?
Ya tengo en mi casa esta obra de teatro que nos traslada a varios años después del final, pero primero, me daré algo de tiempo para otras lecturas que estaba deseando tener entre las manos.
Un beso muy fuerte y esta semana sí que sí, espero estar sentada con vosotros, vosotras y sobre todo, conmigo :) :) :) :) :)