Destino,
¿Qué nombre es el tuyo,
cruel y despiadado,
que te enfrentas, altiva,
a la humanidad?
Destino,
que nos niegas el pan y el sol,
que desafías a nuestras vidas,
a nuestros horizontes,
al latido de nuestras venas.
Destino implacable, inconmovible,
dura piedra
contra la que nos estrellamos,
pobres seres indefensos,
con las ilusiones
colgando de nuestras heridas.
Destino inhumano
que nos marcas ferozmente.
Toro asesino
que nos ensartas en tus astas
como peleles, indefensos
¿Qué nombre es el tuyo,
granítico,
cimiento indestructible
que barres nuestros latidos
nuestras arterias?
Ignoto destino;
a ti te son adjudicadas
todas las culpas,
todos los latigazos que recibimos
los esclavos de este mundo.
Ah, destino enemigo,
rival indefendible,
adversario tenaz.
Te quisiera de frente,
cara a cara,
mis puños en tu pecho
de atleta presuntuoso
y golpearte
con mi eterna pregunta
¿Por qué?
¿Por qué esta herida
sangrante y desvelada,
vacía de respuesta?
Oh, destino
Y una y otra vez
lanzar mis puños
contra tu inexpugnable fortaleza,
hasta sentir tu sangre, sangre mía
caliente fuego
de mi mortal miseria
¿De quién son estos maravillosos versos?
De
Josefina de la Torre, que fue una
ARTISTA. Porque aunque se la conoce por su obra poética, fue una mujer que profesó distintas artes:
-
Escritora vinculada a la Generación del 27
-
Cantante
-
Actriz de cine, teatro y televisión
Pero vosotros sabéis
¿Quién fue Josefina de la Torre?
Esta increíble mujer nació en 1907 en Las Palmas de Gran Canaria en una familia burguesa, Los Millares, que dio a luz grandes pensadores, pintores y poetas. Y donde al calor de sus tertulias creció rodeada de un ambiente de cultura y arte.
Es en el seno familiar donde se revela la calidad artística como cantante y actriz, participando en el teatrillo familiar de su casa de Las Canteras.
Josefina y su hermano Claudio toman la batuta creando
"Teatro Mínimo", una serie de representaciones donde ella y su hermano comenzaron a organizar en períodos de vacaciones sus teatrillos, que se inaugura con la representación
"Claudio el viajero".
Cuando su hermano Claudio recibe el Premio Nacional de Literatura en 1923, Josefina le acompaña a Madrid a recogerlo, y es aquí en la capital donde demuestra sus dotes como recitadora y cantante que le valen apariciones en la prensa nacional.
Además de cantar, Josefina toca el piano, el violín y la guitarra.
Entre 1926 y 1935 realiza recitales conociendo a escritores como Alberti o Lorca.
Publicó textos en publicaciones como España, Alfar, Verso y prosa, la gaceta literaria o Azar.
Es en 1927 cuando publica su primera obra literaria: Versos y estampas.
Asumió un fuerte papel representativo en la renovación poética de la Generación del 27, que no estaba por supuesto, solo compuesta por hombres.
Sus años de juventud coinciden con la II República, época de enormes avances para las mujeres:
- Adopción de medidas como la igualdad jurídica y el derecho al voto de la mujer
- El matrimonio civil y el divorcio
- Buscar la autonomía de la mujer en la sociedad española
Gracias al trabajo de su hermano, tomo contacto con el mundo del cine, pero no es hasta 1940 cuando debuta como actriz en el Teatro María Guerrero con La rabia.
Otros de sus trabajos son:
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Primer amor
-
La blanca Paloma
-
Y tú ¿De quién eres?
Durante su etapa cinematográfica, Josefina compaginó el cine y el teatro, además de una novedad como el teatro radiofónico.
En los 60, reinició su contacto con las cámaras y los focos. Fue testigo de la ebullición literaria del primer tercio de siglo, de los inicios del cine y el teatro en el período franquista. Se reinventa en la historia del espectáculo para participar en la televisión con series como:
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Los verdes campos del Edén
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Esperando a Godot
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Ajax
- Nora
-
Anillos de Oro
Una constante en su obra fue el
intimismo, la mayor parte de su obra poética están escritos durante su estancia en Madrid, aunque en su obra se palpa la nostalgia y la melancolía por su isla, a la que se sentía muy unida.
Su arte fue un arte múltiple porque lo desarrolló en muchas facetas, con un torrente de creatividad, pero también algo muy importante, una sin sombrerista.
Es decir, de aquella generación de mujeres y hombres que decidió quitarse el sombrero, porque éste no tenía nada que ver con la honra o la señoría, ésto solo era fruto de su trabajo y persona.
Una mujer que para mi era totalmente desconocida, y que espero que gracias a este post llegué a más gente, porque para mi éste solo es un primer paso.
Muchos besos rinconer@s y mañana nos vemos con más pero no se si mejor que ella
:) :) :) :) :)