miércoles, 14 de junio de 2023

Mi sábado en la Feria del Libro

Este sábado era el primero después de casi un mes trabajando los fines de semana que lo tenia libre, por lo que el plan era indispensable y necesario para la lectora que me considero: ir a la Feria del Libro. Y la experiencia un año más ha sido gratificante y emocionante:

- Ir paseando por El Retiro rodeada de casetas repletas de libros, 

- ir a la caseta de la librería donde me compró casi el 90% de los libros que me leo, 

- conocer un minuto a esos autores o autoras que me acompañan en mi día a día y vida,

- comprarme libros que no son fáciles de encontrar, salvo que tengas la suerte como yo de que Taiga siempre me trae los libros que le pido, aunque sean difíciles  de conseguir,

- pasar el día con mi chico compartiendo pasiones, aficiones y conversaciones de las que te curan el alma, 

- comer aunque sea en la planta de abajo con mis niñas de la Calle Alcalá preguntándome por la hamburguesa que me había pedido,

- usar el transporte púbico para moverte por Madrid...

Os voy a hacer un resumen bastante dramatizado del sábado que comencé siendo una "huevos gordos" porque me levanté casi a las doce de la mañana, pero oye y lo bien que me vino ¿qué? Pero claro la primera firma que quería ir era Victoria Martín que además estaba en Taiga. Me duché, me mal peine, elegí u outfit negro que para el calor del sábado en Madrid no era lo más adecuado, llené la mochila de libros para firmarme y allí llegué a las dos y diez de la tarde, y conseguí que Victoria me firmará su libro, pues se quedo hasta firmar a la última persona, aunque como yo hubiera llegado tarde.

   

La dedicatoria me pareció lo más, porque es verdad que desde siempre he puesto el coño encima de la mesa, pero antes me daba vergüenza decirlo en alto, y ahora no, porque oye es lo que tengo en el medio de mi cuerpo y por el que vine a este mundo hace 39 años. Una ilusión conocer a una mujer con la que me rio tanto y con la que a través de su libro y ese humor tan particular pase un momento complicado en lo personal.

Claro mi plan era pasar todo el día, por lo que nos fuimos a comer al Goiko de la calle Ibiza, por cierto un escándalo tenerte media hora esperando que te sirvan la comida o una simple Coca Cola.

La tarde estaba clara, conseguir la firma de Albert Espinosa, mi primer amarillo del mundo. Éste firmaba de 19 a 21 horas, nosotros llegamos a las seis de la tarde para hacer la cola, y para mi tremenda emoción pude tener delante a ese hombre que me mueve, remueve, conmueve y hace que romperme sea una necesidad, da igual que sea a reír o llorar, porque como dice él, lo importante es romperse.

   

No pude evitar los nervios y acabar llorando de tener delante a ese hombre al que tanto recurro cuando estoy bien o mal, y que me hace meterme unos viajes de disfrute y aprendizaje eternos. Si lees esto Albert soy la que te dijo que no a hacerse una foto, primero porque mi chico te la estaba echando firmándome el libro para tener ese recuerdo y segundo, porque lo que más me importa de ti es tu talento. Haber compartido un minuto de tu vida conmigo fue muy emocionante. 

Los y las que me conocen saben lo que me gustas y lo mucho que me identificó contigo en situaciones que hemos vivido similares, tus historias siempre aparecen en momentos de nervios o crisis y a través de tus páginas trato de centrarme, sanar y seguir hacia delante, desde la empatía por mis estados y rodeándome de amor. 

Como os digo llevaba una mochila con libros, por lo que el rumbo se fue a Elvira Sastre.

  

Una mujer tranquila y amable a la que Madrid la mata y yo solo la disfruto. El libro que me firmó estuvo conmigo en un momento muy triste y de muchos nervios, y esas columnas reunidas escritas en El País me calmaron e hicieron que el dolor fuera más tenue, por lo menos en los momentos donde ese Madrid tan nuestro me estaba acompañando.

De momento llevaba pleno al tres, porque me habían firmado tres de los cinco libros que llevaba. Así que me di de bruces con mi maestra feminista, Nuria Varela. Había elegido por la mañana la edición de Feminismo para principiantes que me cambió, me volcó, me volteó e hizo que mi vida jamás volviera a ser la misma. Dicen que cuando te pones las gafas moradas todo cambia, y no lo dicen, es verdad. Ser feminista es lo que me hace sentir más orgullo porque siento que estoy digamos "en el lado bueno", pero es difícil, porque jamás ves la cosas de la misma manera que antes y arrancarte de cuajo ese machismo en el que he vivido, una necesidad vital. Cuestionarte, pensar, opinar, cambiar opiniones con otras personas con esas gafas es complicado en algunas ocasiones y según con que personas, pero es indispensable en este mundo en el que vivimos, cuando nos matan por ser mujeres.

Tuve la oportunidad de decirle a Nuria lo que significaba ese libro para mí y la verdad es que me eché a llorar porque gracias a lo que aprendo de ella ya no soy esa Natalia de hace 10 años.

   

Conocerla en persona fue un regalo, pero me dejo esto para otro post, porque quiero sentarme a analizar mi feminismo desde otro punto de vista y en otro contexto.

Lógicamente no me servía con una mochila llena de libros, sino que me tenía que hacer auto regalos de papel, pero éstos os los iré compartiendo a medida que me los vaya leyendo, pero desde aquí hago un llamamiento a la Editorial Renacimiento, porque tienen en mí una fiel compradora y lectora.

Fue un día de emociones encontradas, porque justo haciendo la cola de Espinosa me llamaron por teléfono para contarme que había fallecido el último anclaje de mi niñez, mi María, la de Belmonte. Una mujer que me ha regalado durante años su amor y su cariño. Hizo de mi niñez y adolescencia una aventura en aquella Parcela de San Martín de Valdeiglesias y me enseñó que la familia no solo es aquella en la que naces porque, con el paso de la vida la vas conformando con personas que se te cruzan, y eso era ella para mí, mi familia, mi abuela postiza, mi María. No suelo creer en otras vidas pero me consuela pensar que el día que cierre los ojos de forma definitiva quizás podré volver a ver a los que quise y me quisieron, por eso creo que María y yo nos volveremos a encontrar. Pero hasta que ese momento llegué seguiré recordándola con el amor y cariño.

¿Habéis estado en la Feria del Libro?

¿Qué libro os estáis leyendo ahora?

¿Qué libro em recomendáis?

Yo ahora ando metida en una de mis primeras lecturas "maduras" La señora Dalloway, así que cuando lo terminé os lo sentaré como cada lunes de libros rinconeros.

Ah!!! Que se me iba, la única firma que no conseguí porque no estaba en la Feria fue Rosa Cobo. Haber si el año que viene tengo más suerte.

U beso enorme, larga vida a los libros, a la Feria, a los libreros y libreras y os veo mañana con un nuevo proyecto de Pamela Palenciano :) :) :) :) :)




















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