En el Madrid recién salido de la guerra civil, sobrevivir es un duro oficio cotidiano. Especialmente para Manolita, una joven de dieciocho años que, con su padre y su madrastra encarcelados, y su hermano Antonio escondido en un tablao flamenco, tiene que hacerse cargo de su hermana Isabel y de otros tres más pequeños. A Antonio se le ocurrirá una manera desesperada de prolongar la resistencia en los años más terribles de la represión: utilizar unas multicopistas que nadie sabe poner en marcha para imprimir propaganda clandestina. Y querrá que sea su hermana Manolita, la señorita «Conmigo No Contéis», quien visite a un preso que puede darles la clave de su funcionamiento. Manolita no sabe que ese muchacho tímido y sin aparente atractivo va a ser en realidad un hombre determinante en su vida, y querrá visitarlo de nuevo, después de varios periplos, en el destacamento penitenciario de El Valle de los Caídos. Pero antes deberá descubrir quién es el delator que merodea por el barrio.
Caí rendida ante el personaje de Manolita, esa inocencia del principio al que se le van curtiendo las carnes y la vida a medida que suceden los acontecimientos. Como ella no los huye, los lucha, trabaja y se adapta a las circunstancias aunque no se rinde en ningún momento. Su evolución durante las casi 1.000 páginas de la novela es una catapulta que sube y sube.
Pero también todas las historias entremezcladas, desde el terror de una niña por la pareja de su abuela, a la lucha clandestina que nunca bajo las manos y siguió trabajando en la resistencia, las bodas que no fueron, el aprovechamiento y la crueldad de digamos "algunas" órdenes religiosas que vieron el régimen un filón para hacer lo que les daba la gana, a esas ratas chivatas que se vendieron y se llevaron por delante la vida de muchos y muchas, o la persecución de amar a quien sientas no a otra persona de diferente sexo.
Seguir leyendo a Almudena, releerla y nombrarla lo considero una maravillosa "obligación" con todo los relatos que ella nos dejo. Si queréis leeros un libro, coger Las tres bodas de Manolita y me contáis, porque de todos los episodios, me ha parecido el más intenso, y hasta diría cruel.
Justamente esta mañana oyendo la radio, comentaban que se empezaban las labores de exhumación de personas que enterraron en Cuelgamuros, sin permiso de sus familias y dejando en estas un dolor muy latente hasta que no puedan decidir donde enterrar los restos de aquellos que quisieron
Por eso siempre repito la misma frase. Sin memoria no hay justicia, y sin ésta jamás habrá paz.
Un beso muy fuerte y espero si las circunstancias me acompañan poder sentarme esta semana por aquí, porque este 2023 me está costando. Pero debo daros las gracias por cada click que hacéis porque seguís fomentando esa afición mía desde que era niña de escribir, escribir con pasión y verdad, por lo menos la mía.
Hasta mañana :) :) :) :) :)
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