Si me leéis sabréis que el pasado mes de diciembre tuve la suerte de tener en este rincón sentada a Pamela Palenciano, a la que antes de nada me gustaría mandarle mi apoyo público ante los ataques que está recibiendo de otras mujeres. Para mí, Pamela y su trabajo, son unas grandes herramientas de concienciación sobre las violencias machistas, pero también un espejo en el que mirarte y ver si estás dispuesto o dispuesta a perder tus privilegios por estar en una determinada escala. De nuevo os recomiendo ver su monólogo, que ella representa en diferentes espacios o teatros, y sino podéis permitíroslo lo podéis encontrar en Youtube.
Pamela estuvo sentada contestándome a unas preguntas que la pude hacer -pincha en el enlace para volver a leerla Entrevista a Pamela Palenciano- y hoy siento la película que ella recomendó ver: La vida de Antonia o Antonia´s line.
En una tranquila granja de la campiña holandesa, la nonagenaria Antonia repasa su vida.
Tranquilamente acostada en su cama, hace memoria hasta el día, poco después de la II Guerra Mundial, en que volvió al pueblo en el que nació. A partir de ahí, recuerda su vida durante los cincuenta años siguientes, así como la de su hija y nieta. Una día tras otro, el comportamiento independiente, inconsciente y algo excéntrico de Antonia y su familia, y en especial su lucha por el feminismo, se mezcla con la vida cotidiana del pueblo en que vive. La vieja granja se convierte en el hogar de personajes muy variados. en los que el resentimiento inicial se convierte en tolerancia y, posteriormente, en amor.
En el año 1995, recibió el Oscar a la mejor película de habla no inglesa, una película que habla del autocuidado, la auto protección y la sororidad. Una sororidad que en los tiempos que corren es imprescindible, debemos ir unidas y protegernos las unas a las otras, porque si tocan a una, nos tocan a todas.
Antonia es una mujer en apariencia fuerte que va creando su familia -la que te envía la vida y la que vas haciendo por el camino con las amistades- con unos lazos donde el humor, la ternura y la fuerza se dan la mano para reflejarnos sus años y vida, como ha sido una mujer comprometida con la causa feminista aunque no la nombre, y como el último día de su vida -sí, el último- recuerda todo el camino recorrido, todo el dolor y todo el amor que se va a llevar a la tumba. Porque si algo tenemos de certero desde que nacemos es que algún día moriremos, eso es lo que nos iguala a todos los seres humanos.
Una mujer con acuerpe -palabra que le he copiado a Pamela- y que lucha porque todas se acuerpen y se protejan entre sí, que dejen de existir los silencios cómplices y que exista una red de apoyo.
Ni hago la pregunta porque por supuesto que la recomiendo, yo la pude ver a través de Youtube y fue un ejercicio duro pero purificador.
Gracias Pamela por la recomendación pero gracias por tu trabajo que tanto ha ayudado y va a seguir ayudando a muchas mujeres. Somos más las que estamos a tu lado y ponemos en valor tu trabajo.
Muchos besos rinconeros y rinconeras y espero veros dentro de un rato con otra película donde la protagonista es otra mujer.
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