El viernes pasado fui con mis compas de clase a una exposición, Puertas que se está llevando a cabo en el Palacio de Correos de Madrid, para ser más precisos el opulento Ayuntamiento de la ciudad.
La expo está organizada y montada por la plataforma 2015 y 10 organizaciones más de cooperación para el desarrollo unidas para promover la participación ciudadana, la transformación política y la movilización social para lograr políticas coherentes con un desarrollo humano, sostenible y justo para todos los pueblos.
Una exposición donde se defiende un modelo de desarrollo equitativo y sostenible, con políticas que pongan en su centro la defensa de los derechos humanos y la justicia global.
Todo esto además viene montado por los objetivos que se prefijaron en el año 2000 como prioritarios y que tenían su fecha de evaluación en nuestro año actual, el 2015.
¿Pero de verás se han conseguido esos objetivos?
¿Ya no hay hambre en el mundo? ¿No hay explotación infantil y humana? ¿Las mujeres y hombres son iguales en deberes y en derechos?
¿En serio se han cumplido esos objetivos? ¿O somos un mundo, una sociedad en la cual solo unos pocos mandan sobre el destino del resto?
Y todo el recorrido de esta exposición parte como base de un salón, que bien podría ser de cualquiera de los que me estáis leyendo. Un salón normal, con una mesa de comer, con un sofá, con una televisión, con un teléfono móvil encima del mueble de la tele, con una alfombra.....Con una particularidad, que hay cuatro objetos de ese salón que tienen color:
- El automóvil pequeño tipo juguete que está en el suelo.
- El filete que hay un plato sobre la mesa.
- El teléfono móvil.
- Y la chaqueta que hay sobre una silla del salón.
Cada uno de estos objetos tienen un color determinado y van teniendo un recorrido a través de rayas del mismo color en el suelo y es que cada raya nos va a llevar a una serie de puertas las cuáles iremos abriendo y viendo que hay detrás de ellas.
Y vamos viendo una realidad bastante espeluznante, porque aunque sólo uno de cada seis habitantes del Planeta vivamos aquí, tenemos la sensación de que "lo normal" es nuestra forma de vida, y que "los demás" viven muy lejos, en otro Planeta. O, quizás.... sólo dentro de la televisión, donde el drama del hambre se disipa ras un anuncio de perfumes.
Y es que vivimos en una sociedad tan perversa, porque por mucho que uno o una imaginé hay veces que hay realidades que nos golpean tan duramente en la cara que no podemos decir lo típico de "no podemos hacer nada" porque sí podemos, con pequeñas acciones, pequeños gestos, pequeños trabajos pueden hacer una labor increíble enorme y que no haya un niño o niña ahora mismo mientras os escribo en el Congo extrayendo el maldito coltán, para que tod@s podamos tener baterías en nuestros móviles y móviles de último diseño. ¿Pero de verás esos últimos diseños nos son necesarios?
Y es que habitamos un mundo donde además del capitalismo habita un consumismo atroz, y en el que nosotr@s no nos equivoquemos no decidimos que vamos a comprar a comer, sino que son otr@s que mediante campañas y actos fuera totalmente de cualquier moral deciden que es y lo que no es importante ni relevante para nuestra vida.
Lo que se llama la obsolescencia programada, porque sí rinconeros, las grandes empresas, esa élite empresarial decide por nosotr@s que es lo que comemos, lo que consumimos, lo que necesitamos, lo que descartamos, a quién votamos....
Y ver esa realidad en esta exposición es dura, porque el mundo en el que vivimos es mucho peor que una película de terror y psicosis, pero es necesario que lo veamos, que le pongamos cara y rostro a los que por nacer de otra madre en otra parte de este planeta tienen una vida mucho más complicada de lo que nos podamos imaginar.
Pero creo y por eso decidí dedicarme al mundo de los social, porque todo puede cambiar y por todo lo que sea justo de debe luchar, solo hace falta pequeños esfuerzos que se pueden llegar a convertir en grandes trabajos y grandes logros para conseguir que este mundo sea más sostenible, más eficaz, más equitativo, más igualitario, donde no haya ningún tipo de discriminación por razón y a razón de nada absolutamente.
Y es que en las últimas puertas vemos como hay ventanas donde se puede entrar luz y se puedan cumplir los siguientes objetivos:
- Soberanía alimentaria y energética.
- Ciudadanía global y movimientos sociales.
- Economía sostenible.
- Consumo responsable.
- Otros medios de comunicación.
- Otras formas de gobernabilidad: políticas públicas de y para tod@s.
- Una apuesta por la diversidad.
- Empoderamiento de la mujer.
- Políticas públicas que fomenten un desarrollo centrado en los derechos de las personas.
Y así puerta a puerta nos queda como mensaje principal: que juntas y juntos podemos transformar la realidad e impulsar los cambios políticos necesarios para acabar con la desigualdad y con la pobreza globales.
Y como dice el título del post de hoy: "Si piensas que eres demasiado pequeño para causar impacto intenta dormir con un mosquito en la habitación".
Os recomiendo ir a verla y empezar a abrir puertas porque muchas veces tanto por nuestra ignorancia como el pensar que no podemos hacer nada, provoca que en el mundo en el que vivimos se puedan cometer todo tipo de injusticias.
Me despido de vosotr@s pero solo hasta mañana donde quiero compartir un mineral y la importancia de éste en nuestras vidas actuales, el coltán.
Hasta mañana :) :) :) :) :)
No hay comentarios:
Publicar un comentario