Pero ¿Qué pasa cuándo hay cosas que se alejan de ese control de los días y las horas que me exigó diariamente? Pues lógicamente que la caída es tan fuerte que hace que el viernes pasado en un banco del Hospital Ramón y Cajal rompiera a llorar de forma desconsolada, eso sí con los brazos de mi madre rodeándome fuertemente. Y es que no se que había sido de mi esta semana sin el apoyo y cariño de mi chico y mi madre, que son mis dos incondicionales.
Solo había dos cosas que tenía fijas esta semana:
1. El miércoles me daban mis anheladas y ansiadas vacaciones.
2. El viernes tenía cita con el otorrino para que valorará el porque de la aparición de anginas de nuevo cuando me operaron de ellas hace este septiembre cuatro años.
Pero ha sido una semana muy intensa en lo laboral, en lo social, en lo emocional, en lo judicial y en lo médico.
LO LABORAL:
Siempre es triste cuando algo se acaba y queda en el aire tu futuro laboral, pero después de unos días de reflexión creo que solo puedo estar agradecida del aprendizaje de estos meses tanto a nivel laboral afrontando retos increíbles para mi, como a nivel personal que he tenido la suerte de que en este viaje me acompañaran una familia laboral que te arropa y te protege en momentos buenos, regulares y muy malos.
Han habido bastantes horas de más, pero ha habido risas, sonrisas, pelotazos, buenas conversaciones y trabajo eficaz sacado adelante por un equipo y perdoname la palabra acojonante de mujeres, que sabe que lo que de verdad importa es sacar el trabajo hacia adelante nada importan las horas y el esfuerzo, ver las cosas bien hechas y terminadas merece la pena y es una ratificación enorme.
Además los peques y las familias con las que he tenido el placer de compartir mi tiempo me han vuelto a dar una bofetada de realidad y enseñarme que en las pequeñas y diminutas cosas encontramos de verdad la felicidad. Gracias a mis peques por cada sonrisa, cada dibujo, cada abrazo, cada enfado, cada te quiero, cada día a su lado ha sido un día más de vida y de retos que afrontar. Porque lo único que quiero es mejorar como profesional y como persona. Porque lo humano siempre gana.
LO SOCIAL:
Una semana en donde la gente que me quiere me ha vuelto a demostrar que está a mi lado y que antes un acontecimiento inesperado o unas lágrimas desbordantes siempre hay gente detrás de un teléfono que te oye, te escucha, te aconseja y sientes ese arropo como una buena manta un día de invierno en donde hay un sofá y una película de por en medio.
Quedadas con amigos y con familia que te hacen que el corazón se desborde y eso que habías visto tan malo en realidad no fuera para tanto.
Gracias por quererme y a través de una llamada, un whatsap o un mensaje demostrarme que no estoy sola. Como os decía sobre todo a mi chico y a mi madre que son dos pilares fundamentales e imprescindibles de mi vida.
Estos meses me han servido para darme cuenta que si de algo bueno tengo como persona se lo debo en exclusiva a la madre que me parió que ha generado y creado en mi valores, sentimientos y criterios responsables en la forma de vivir y entender la vida.
Y que decirós de mi chico que hace que la felicidad no sea solo una palabra, sino una realidad palpable día a día. Que ganas tenía de que llegarán las vacaciones para pasar días juntos y solos.
EN LO JUDICIAL:
El último día antes de entrar a trabajar, un chico me intento atracar y agredir en una calle de Madrid, y aunque no fue hasta el día siguiente con la denuncia y el juicio cuando no fui consciente de la gravedad de lo sucedido y de lo que podría haber pasado, en el fondo de mi, es un chico que me produce tristeza, porque está muy muy enfermo, con adicciones muy graves.
¿Eso es problema mío o de todas las personas que les hizo lo mismo ese día y todos los demás días?
Por supuesto que no, pero creo sinceramente que este chico lo que realmente necesita es ayuda para salir de esa enfermedad tan terrible que le hace hacer daño a otros y otras, y sin duda a él mismo.
¿La justicia es útil? En mi opinión y viendo este caso que he vivido, creo que en muchas ocasiones es una tomadura de pelo que lo único que hace es que las calles sigan repletas de personas capaces de hacer daño a otros y otras, solo porque no había personas del mismo color de piel ese día.
En fin que solo ha sido un susto muy grande del que salí bien parada gracias a un arrojo y fuerza que ni yo misma me esperaba y sobre todo gracias a un policía del que desconozco su nombre pero que se comporto y portó conmigo en el día y en los sucesivos de forma ejemplar
EN LO MÉDICO:
Como os comenté desde hace más de tres semanas arrastró un episodio de anginas, cuando en principio me las extirparon hace en septiembre cuatro años.
Pero a esas anginas le han seguido hongos en varias zonas corporales, muchos mocos hasta la laringe, fiebre, placas, malestar, ... y ahora estos días antes de irme de vacaciones mis buenas amigas gastroenteritis con nauseas y vómitos. Un completo que hacen que esta última semana mi cabeza haya estado a la capacidad límite de explotar.
En cambio no hay nada como una buena siesta, una buena conversación con mi chico y en el horizonte tener presente que en peores situaciones me he visto para saber que aunque es más que evidente que no estoy pasando por una buena época de defensas, la fuerza y la sonrisa no estoy dispuesta a perderlas, aunque hoy a mi chico se le haya ido la mano con la maquinilla y en vez de al dos me haya dejado el rapado del lado de la cabeza practicamente al 0 :)
Unos días en los que se han juntado dolores ajenos de una persona a la que quiero mucho y con la que hoy está mi corazón y cuerpo al lado de ella, aunque se que está pasando por un mal trago, conozco y soy consciente de su fuerza y se que va a salir de todo, por ella, por su familia y por esa preciosidad que tiene en casa.
Y como muchas veces anteriores, quiero despedirme de este post con una canción que se representa mucho con mi vida, porque a pesar de todo y todos siempre acaba saliendo el sol.
Muchos besos rinconer@ y hasta mañana, que será el último post previo a mis vacaciones!!!!!
:) :) :) :) :)
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