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martes, 20 de enero de 2015

La Hermosa Juventud: ir a la cruda realidad para contar hermosas y sinceras historias.

Me considero una persona bastante extraña con el cine porque en mi opinión nada se puede comparar a una buena historia que se va cociendo a fuego lento, que va despacio narrándonos una historia y unas realidades que no siempre deben ser amables porque el mundo porque la sociedad y el mundo que nos rodea está pasando problemas y el cine no puede y para mi no debe hacer caso omiso a esa realidad.

En esta recuperación que estoy llevando más lenta de lo que a veces mi cabeza y mi cuerpo no soporta, me estoy dedicando un tiempo a mi, a ver películas que me llaman la atención, y que sinceramente solo puedo compartir conmigo misma porque entiendo que en el cine como en muchas cosas de la vida, soy alguien muy particular.

La semana pasada puede disfrutar en soledad y sin prisas de una de las películas españolas que se ha estrenado el pasado 2014, La hermosa juventud.


Natalia y Carlos son dos jóvenes enamorados que luchan por sobrevivir en la España actual. Sus limitados recursos les impiden satisfacer sus deseos. No tienen grandes ambiciones porque no albergan grandes esperanzas.

Y es que nada como ir a la realidad para contar historias duras, sinceras, reales, con unos actores que a pesar de su juventud demuestran una madurez a la hora de narrarnos y mostrarnos cual es su duro y pesado día a día.


Me encanta de esta película:

- Su lentitud, haciéndonos partícipes de la vida de cada personaje aunque la historia se centre en Natalia y Carlos.

- El hermoso retrato del vacío.

- Su fotografía: fina, delicada y dulce.

- Su falta de diálogos en muchas ocasiones porque los gestos y las caras valen más que mil palabras.

- Sus actores, como nos dejan ver y estar presentes en ese día a día cruel en el que no hay esperanzas de casi nada, solo de que te paguen 10 euros por todo un día trabajando en una obra, ¿Nos suena en nuestra España actual, no?


No hay nada que me gusté más que los directores fieles a su forma de ver y entender el cine, que no se dejan llevar por las grandes masas y que sobretodo hacen el cine que desean y en la forma y el formato que decide, y así es Jaime Rosales, que una vez más y después de su goyarizada La soledad nos ha vuelto a demostrar que haciendo poco ruido y con algo sencillo y directo puede llegar al corazón y que su película sea una delicia.

Desde aquí apoyo la candidatura de Ingrid García Johsson como mejor actriz revelación, porque de verdad verla es algo tremendo, tus ojos no se desprenden de ella y es el hilo conductor de una historia que puede comenzar como el típico amorío de dos adolescentes y termina siendo una lucha y una batalla por la supervivencia... aunque a veces en la batalla no todo vale.

Y para terminar deciros que ese final me dejo con la BOCA ABIERTA!!! y es que en España o en Alemania, el futuro para los jóvenes es incierto y negro.


Hasta mañana rinconer@s :) :) :) :) :)

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