Desde que vi que en la pasada edición de Cannes, Oliver Laxe se alzó con el Premio mayor, un director que hace nos años me enamoró con O que arde, supimos en casa que iríamos a verla, pero la verdad que entre trabajo Y boda, no encontrábamos el momento.
Sirat, trance en el desierto, una peli que fuimos a ver en nuestra Honeymoon y que no nos vimos venir, por fascinante, eléctrica, inesperada, ruidosa, trepidante... un peliculón al que le auguro una temporada de muchos premios.
Pero ¿De qué va?
Un hombre y su hijo llegan a una rave perdida en Marruecos. Buscan a Mar, su hija y hermana, desaparecida hace meses en una de esas fiestas sin amanecer. Reparten su foto una y otra vez rodeados de música electrónica y un tipo de libertad que desconocen. Conocen a un grupo de raveros y deciden seguirlos a una última fiesta que se celebrará en el desierto, donde esperan encontrar a la joven desaparecida.
LO MEJOR DE LA PELÍCULA:
- No ver venir en ningún momento lo que va a suceder, lo que hace que la imprevisión y el factor sorpresa sea enorme.
- El sonido y la música, fuerte, trepidante, excitante, que te hace estar muy dentro de esa historia de ese hombre que está buscando a su hija de rave en rave.
- Unos exteriores y fotografías brutales, que te hacen recorrer junto con esas personas el desierto en su inmensidad.
- El trabajo actoral, sin tapujos, ni escondites, regalando lo mejor de sí mismos y mismas a una historia inesperada.
- La ostia enorme que te da en la cara.
Sino la habéis visto, por favor ir a verla porque es increíble y de las mejores películas que podéis encontrar en la cartelera en días de calor, donde el cine es un buen refugio para éste, también para el espíritu y ya que ando filosófica, para el alma.
Un beso muy fuerte rinconeros y rinconeras y espero veros mañana en un mates de comienzos esperados pero contradictorios, porque aunque paz también me proporcionan tristeza.
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