Cuando en diciembre me envió mi amiga Irene el trailer de la vuelta de Inside out, a la emoción de volver a ver esas emociones que llenan nuestra cabeza, se sumo: vamos a ir a verla juntas. Ya hacia unos años que vimos la primera y fue un espectáculo de emoción, ilusión, alegría y una tristeza latente porque gracias a una película descubrimos que esta no es mala, sino necesaria.
En mi trabajo la primera peli que decidimos ver con el comienzo de curso fue Inside Out, por lo que también al ver el trailer, tuvimos claro que nuestros y nuestras "bajitas" se merecían ir a verla al cine, como recompensa a un curso increíble, lleno de momentos, trabajo, esfuerzo, estrés, pero sonrisas y abrazos de los que llenan el alma.
Si, he tardado en sentarme a contaros que la he visto, dos veces, sí, dos veces, pero como os llevo compartiendo los últimos post, me estoy dejando fluir, llevar y hacer lo que mi cuerpo y cabeza necesita.
"Secuela de 'Inside Out'. Riley entra en la adolescencia y el Cuartel General de su cabeza sufre una repentina reforma para hacerle hueco a algo totalmente inesperado propio de la pubertad: ¡Nuevas emociones! Alegría, Tristeza, Ira, Miedo y Asco, con años de impecable gestión a sus espaldas (según ellos...) no saben muy bien qué sentir cuando aparece con enorme ímpetu Ansiedad. Y no viene sola: le acompañan envidia, vergüenza y aburrimiento".
Gracias a esta película, nos damos cuenta que aquella infancia o adolescencia que cada vez esta más lejana tenía una explicación. Tenía explicación la vergüenza, esa ansiedad y nervios ante algo nuevo o alguien a quien admirabas y podías llegar a envidiar... tenía cabida hasta la nostalgia de la niñez y cuando nada ni nadie te importaba porque vivías la vida.
Una película que aboga por la salud mental.
Una película que aboga por el paso del tiempo y aprender a desprenderse sin hacer daño.
Una película que aboga por no censurar ni penar.
Una película que nos hace recordar quienes y como fuimos.
Una película que nos hace abrazarnos fuerte y decirnos cuan de importante somos.
Una película que nos hace entender que el paso del tiempo es inevitable, pero hay que vivirlo con respeto a una misma y queriéndonos.
¿La habéis visto? ¿Qué os ha parecido? Yo fui de las que me quede al final para conocer ese secreto inconfesable que al principio me decepcionó pero que después analizando las palabras de mi amiga Irene, entendí.
Una película que viví desde la emoción, el amor y el cariño, porque las dos veces que la vi, fue bien rodeada.
Un beso muy fuerte rinconeros y rinconeras, nos vemos mañana.
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