La oferta de Filmin no es solo de películas y series, sino que encontramos cortometrajes en los que seguir disfrutando del séptimo arte, pero con una menor duración, que no una mayor calidad.
Y esta noche del lunes os siento a uno de los nominados a los Goya al mejor cortometraje de ficción, La loca y el feminista. Una obra muy actual, porque en momentos donde todo el mundo parece entender de feminismo parece que las feministas no tenemos ni idea de los fines de la pedagogía que perseguimos.
Somos testigos de una conversación sin retorno. Una conversación sobre lo que significa el ejercicio del feminismo y el uso que la damos a una palabra que se ha puesto de moda, también entre los hombres. Una conversación de pareja sobre el reparto desigual de las tareas el hogar, la carga de más que asume ella y la inconsciencia de del sobre lo que de verdad supone su actitud. ÉL, que es un feminista comprometido, y ella, que se la va a cuestionar a partir de una petición que es un ultimátum: por favor, no vuelvas a decir que eres feminista.
Hace tiempo un hombre me dijo en una terraza de Madrid, que él no se podría denominar feminista, puesto que era un movimiento de mujeres que lucha por su igualdad, él solo un aliado y un acompañante en las reivindicaciones de las mismas. Y pasado el tiempo, no he estado tan de acuerdo con una opinión. La apropiación indebida del feminismo tanto por partidos políticos como de marcas o personas que solo lo usan para su beneficio, es execrable.
El feminismo son algo más que palabras, es incomodidad, es dejar de lado personas o cuestionar tu vida desde que eras una niña -incluyendo palabras o hechos-, es tener claro que el sujeto del feminismo, somos las la mujeres.
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