miércoles, 27 de septiembre de 2023

La tiranía de la cana

Hace unas semanas, lavándome el pelo para quitarme un nuevo mes el tinte rojo. Ahí plantada delante del espejo, me pregunté ¿En qué momento teñirme paso de ser algo divertido a una obligación?

¿En qué momento me mire en el espejo y pensé que para sentirme bien, tendría que cambiarme el color del pelo?

¿Por qué la primera cana que me encontré hace dos años recién salida de un ERTE de año y medio me causo tanto estrés y angustia?

Las canas en el pelo, principalmente en las cabezas de las mujeres, se asocian a la vejez y me sigo preguntando ¿Por qué el paso del tiempo en las mujeres es tan juzgado y mal visto?

Estamos acostumbradas a leer comentarios del tipo "las canas le sientan bien", o, "lleva bien el paso de los años" cuando se refieren a los hombres. Recordamos los comentarios hacia Brad Pitt no hace tanto cuando fue a un torneo de tenis.

¿Es qué el paso del tiempo no es igual para hombres y mujeres?

Me tengo que remontar 20 años atrás cuando decidí darme los primeros reflejos rubios en el pelo. Y creo que ahí todo cambia, lo que comienzo a denominar como: la esclavitud del tinte, que ha ido avanzando con el paso de los años, porque lo que comenzó con unos reflejos acabo con unas mechas, con tinte y con muchos colores diversos que me he ido poniendo con el paso de los años.

¿Por qué? Quizás o sin quizás por reforzar la autoestima de aquella niña que siempre se sintió fea y en el colegio de las monjas la recordaron cada día.

Quizás o sin quizás porque siempre he considera el color del pelo parte de mi personalidad. Me tiño de rojo primero por La Sirenita y segundo porque creo que me da carácter y personalidad , no se, como ponerme una máscara.

Esto eran los comienzos porque como os digo desde hace un tiempo se ha convertido en una obligación por no verme las canas, por no ver el paso del tiempo, el cual debo admitir que no me disgusta porque me veo en el espejo siendo más yo que nunca, inclusive con las incómodas canas.

No se es como si tiñéndome el pelo parará ese reloj de la vida inevitable que a cada rato nos indica que hemos vivido un día más y que tanto nuestra cara como nuestro cuerpo ve reflejado.

A día de hoy no me veo preparada para dejar de teñirme porque además de que me encanta como me queda el color de pelo, siento que forma parte de mi personalidad, pero espero y por eso escribo este post, que un día las mujeres no debamos ser tan examinadas por nuestro aspecto, porque el paso del tiempo por mucho que lo atrasemos es algo inevitable y vivir cada día, con toda la gente que se lo pierde, un regalo.

¿Qué opináis sobre la tiranía de la cana?

Un beso enorme y espero veros mañana con mejor cuerpo y volviendo a la rutina laboral.

:) :) :) :) :)


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