"El activismo de los hombres, a lo largo de los siglos, ha inundado el mundo de regueros de sangre, y por esas hazañas de horror y destrucción les habían levantado monumentos y compuesto canciones o epopeyas. El activismo de las mujeres no ha dañado vida humana alguna, a excepción de las vidas de aquellas que lucharon en la batalla por la justicia. Solo el tiempo revelará cual será la recompensa que recibirán las mujeres".
Esta frase con la que abro el post de este nuevo 8 de marzo me impactó hace unos días cuando la leí en el libro de la líder del Movimiento sufragista, Emmeline Pankhurst, y sinceramente creo que era la mejor para comenzar este post de hoy. En los tiempos en los que vivimos de guerra, las mujeres y el Movimiento feminista cabe recalcar, reiterar y renombrar que jamás ha matado a nadie ni lo ha dañado, y como recalca Pankhurst si alguien ha padecido o sufrido el feminismo son las mujeres que se ponen delante y dan la cara, luchan y trabajan para que en el resto de 364 días del año y en este jamás nos olvidemos de que el sujeto político del feminismo son las mujeres, y son ellas las verdaderas protagonistas. Si, conseguir que los hombres entren en él nos va la vida, pero ellos no son el sujeto ni el motivo de este movimiento imparable.
Después de dos años en los que hemos sido señaladas como el foco de contagio de la pandemia del covid-19 (jajajajaja) o prohibiéndonos salir a la calle cuando ha habido otras manifestaciones públicas sin cumplir las normativa sanitaria, hoy el feminismo y las mujeres volvemos a tomar las calles, las plazas, los lugares de trabajo, los transportes públicos, las oficinas... con el mismo grito de siempre.
Seguimos reivindicando lo mismo que en aquellos comienzos del S. XX cuando las sufragistas decidieron luchar por el derecho al voto, como única vía de liberación y de una participación activa de las mujeres en la sociedad que sería lo único que las haría partícipes de las grandes decisiones y no seguir en manos de aquellos señoros horrendos que nos querían en casa sumisas, bonitas y calladitas.
Pero como dice el refrán CALLADITA NO ESTÁS GUAPA, estás guapa cuando sales y luchas por lo que crees, con los argumentos que da la razón, porque el feminismo no es más que un movimiento que trabaja por la igualdad entre hombres y mujeres. No queremos ser más o más poderosas porque eso tendría otro nombre, hembrismo. Queremos ser iguales en derechos pero también en deberes y obligaciones, aunque amigas, creo que de éstos últimos vamos sobradas.
Llevamos un año desde el veto al 8M en ciudades como Madrid, donde vemos en las noticias como nos siguen matando, violando, pegando, golpeando, acosando, donde hay partidos políticos que ponen en duda que la violencia o como yo lo denominó el terrorismo machista que padecemos las mujeres solo por el hecho de serlo. Ya está bien.
Queremos un Ministerio de Igualdad que realmente sea feminista, y que deje de dar bandazos, porque señora Ministra por supuesto que muchas estamos en contra de la guerra pero hoy es el día de las mujeres, deje sus "guerras internas" para otros momentos. Señora Ministra ¿De veras a usted le parece que el anuncio que han realizado define al movimiento feminista? Por favor, el feminismo no pertenece a ningún partido, nadie se puede adueñar de él, porque es de todas, las que pensamos o no de forma igual. No todas nos maquillamos, depilamos, vamos a la peluquería, o nos ponemos "guapis". Mi formación en género me hace que el anuncio destile un olor a estereotipos puros y duros.
Queremos que la prostitución sea abolida. Desde los inicios del feminismo con aquella primera novela de Christine de Pizan, La ciudad de las damas, ya se define la prostitución como una vía de explotación hacia la mujer. Y coger otro camino es insultar a todas aquellas que lucharon antes que nosotras y que se han dejado la vida en ello.
Queremos que se deje de llamar gestación subrogada a un tipo de explotación femenina, en el que una pareja (da igual de la orientación que sea) decide pagar por un o una menor. ¿No nos da vergüenza los testimonios de familias en esta guerra de Ucrania en donde la preocupación por como ellos o ellas la denominan es "la gestante" es nula, quitándole hasta su propia entidad y humanidad?
Queremos que la igualdad salarial sea real.
Queremos que los sectores en donde la mayoría de las trabajadoras son mujeres sean reconocidos como uno de los motores principales, porque como se ha demostrado en estos años de pandemia, el valor de los cuidados es primordial.
Queremos una educación en igualdad desde edades tempranas, como única vía de concienciación y prevención de las violencias machistas.
Queremos que a tertulianos y tertulianas machistas, que no se les deje dar esos discursos de odio y mentiras en cadenas de televisión.
Queremos que las violencias machistas no sean utilizadas como instrumentos de subir la audiencia en canales donde todos sus contenidos apestan a machismo.
Queremos poder salir por la mañana, tarde o noche como queramos sin miedo a encontrarnos a uno o varios tipos que decidan hacer con nuestros cuerpos lo que les plazca.
Queremos una justicia no patriarcal y con perspectiva de género.
Queremos que de verdad nos sentemos a hablar de la ley trans desde el respeto por todas y todas las opiniones. Señora Ministra el género es un constructo social y seguir perpetuándolo es seguir dependiendo de esos roles o estereotipos que tanto nos dañan a las mujeres. Para muestra el aberrante anuncio del Ministerio.
Por primera vez en varias ciudades de España, la manifestación de esta tarde se dividirá en dos, una verdadera pena, pero creo que necesaria, porque hay líneas rojas en el movimiento feminista que no debemos traspasar, ni tolerar.
El nuevo horario y ubicación de mi trabajo, me impedirá ir a la manifestación que saldrá desde Gran Vía, pero mi corazón está con ellas, con todas esas mujeres valientes que no se conforman, que siguen luchando pese a tener los elementos en contra, y que jamás olvida de donde venimos, y no se deja llevar por nuevas corrientes que de feministas tienen más bien poco.
Feliz 8M y recordar que de Norte a Sur, de Este a Oeste la lucha sigue cueste lo que cueste, porque la revolución será feminista o no será.
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