Lectura recomendadísima: Las invisibles ¿Por qué el museo del Prado ignora a las mujeres?

Es increíble que la Natalia niña y adolescente que la gustaban tanto esas clases matutinas de Historia del Arte de la Madre Juana no se preguntará ¿Es casualidad o ninguna mujer en la historia de la humanidad le ha dado por coger un pincel, un lienzo y dedicarse al mundo de la pintura?

Me auto respondo, a aquella niña que un día fui, no juzgando que la educación que recibía era androcentrista, por lo que sí, las había habido, y no es que no entrarán en el curriculum del colegio, ni siquiera entraban en los del Ministerio de Educación ni de la época que yo estudiaba la ESO, ni ahora que la presencia de las mujeres en los libros de texto sigue siendo muy mínima, casi imperceptible.

En una de esas maravillosas visitas a la FNAC, mi chico me enseñó el libro que siento hoy y que la verdad es que ha sido totalmente sorpresivo, ninguno de los nombres de mujeres que en él aparecen los conocía, ni nunca me había llegado a plantear pinturas, títulos y hasta lienzos desde el punto de vista que se expone en Las invisibles ¿Por qué el Museo del Prado ignora a las mujeres?

Estamos ante la guerra cultural más virulenta de todas, la que se libra en un museo del siglo XIX, gestionado por personas del XX para un público del XXI.

El Prado es aún, doscientos años después, una institución en la que silencia a la mujer artista, se ignora a las visitantes y se defiende un pensamiento de género (raza y clase) que justifica la dominación de un sexo sobre el otro. Esta no es una historia  del arte tradicional, es un guía compuesta por ausencias, vejaciones, eufemismos, silencios o tergiversaciones hacen desaparecer a la mitad de la población, sala tras  sala, con una violencia soterrada y a la vista. 

También es una historia contra la ceguera, contra e mito y contra los genios, un relato sobre las condiciones políticas y sociales que determinan la creación artística.

Mientras iba avanzando fui consciente de la cantidad de estereotipos que se me iban desmontando línea a línea, y que a partir de su lectura, el mundo del arte no iba a volver a ser lo mismo para mi.

Siempre nos han enseñado en el colegio o instituto, que los cuadros cumplían una labor de aprendizaje en una época donde el analfabetismo era una constante en la población española, por lo que se enseñaba historias o se evangelizaba a través de los lienzos.

Pero ¿Por qué éstos dejan muchas veces en muy mal lugar a las mujeres? ¿Por qué en la historia somos "pecadoras", "las causantes de múltiples desgracias", "las detonantes del pecado original?

Queréis que os diga el ¿Por qué? Porque esta historia está contada por hombres y tenernos en casa metidas en urnas o trabajando como verdaderas mulas y no teníamos ni tiempo ni ganas, ni las herramientas necesarias para cuestionar lo que se nos decía.

Pero por supuesto, que existieron mujeres que dejaron para la posteridad obras maravillosa, y que la época y el mundo masculino trató de denostar y menospreciar su trabajo, cuando la verdad no tenía nada que envidiar a los hombres.

¿Conocéis por ejemplo el nombre de Rosa Bonheur?

Una de las muchas mujeres escondidas en los sótanos del Museo del Prado, al que por cierto desde este rincón, le pido y exijo que le vaya dando el sitio que le corresponden a las mujeres, porque no hay nadie que se crea en el año 2020 no haya habido mujeres importantes en el mundo del arte.

Otro de los grandes aprendizajes que exprimí del libro y que quiero compartir con vosotros y vosotras, es la utilización del lenguaje para referirse a crímenes o actos crueles que se han cometido contra las mujeres, omitiendo la palabra violación en los títulos de éstos, o haciendo de ese acto horrible un disfrute de la mujer en el lienzo. Me repito, pero claro eso solo podía salir de manos y pinceles masculinos.

¿Os recomendaría este ensayo? Por favor comprarlo o ir a las bibliotecas municipales y preguntar por él y leerle, disfrutarle y sobre todo ir desgranando línea a línea cada cosa que se expone y profundizar en ella.

Muchos besos rinconeros y rinconeras y día a día, voy consiguiendo mi reto de llegar a los 40 libros al año, y eso que hace unas semanas que sólo le leo de madrugada y si no hay pastilla de dormir por medio, porque sino las fuerzas no me llegan ni para abrir el libro.

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