Los de la Mora han regresado con más humor negro que nunca: La casa de las flores

Hace unas semanas llegó a las plataformas digitales muchos buenos estrenos con los que pasar un fin de tranquilo de sofá y manta -un plan perfecto para mi, si la compañía es la de mi chico, claro-.

El sábado pasado después de una mañana de compras varias y una hamburguesa casera riquísima, nos sentamos tranquilamente a disfrutar de uno de los primeros fines de semana en los que él no ha trabajado, y que mejor elección que una serie con humor y acento mexicano padrísimo!!!

En la nueva entrega de La casa de las flores, no veremos a Verónica Castro, dando vida a Virginia de la Mora, porque sí, ha fallecido y no es un spoiler, es una realidad palpable y dicha por todos y todas sus protagonistas desde hace bastantes semanas.

Tras la desaparición del matriarca, la familia se está cayendo a pedazos. Paulina, quien ahora vive en Madrid con María José y su hijo Bruno, se ve obligada a volver a México cuando se entera de que el testamento de su madre ha sido impugnado.

Y al volver se encuentra su casa pero que nunca:

- su padre Ernesto se ha unido a una secta de éxito pseudo espiritual

- su hermana Elana está viviendo una crisis de identidad a consecuencia de sus últimas relaciones amorosas

- y Julián, que ha encontrado un nuevo y peculiar trabajo que solo le traerá que solo le traerá más problemas.

Una nueva temporada en la que la verdad:

Al principio me costó entrar porque había muchos elementos que me liaron y llegó un momento de no entender lo que estaba viendo, pero quizás y después de pasada una semana, ahí está realmente su encanto, en no saber que va a pasar ni a que viene cada escena o conversación.

LO QUE MÁS ME HA GUSTADO DE ELLA:

- El nuevo matriarcado ejercido por Paulina de la Mora, un personaje delicioso, que esta nueva temporada vuela por libre, y en la que se deja ver sus taras del alma que la impiden salir adelante

- La cotidianidad que por fin se da a personajes trans o homosexuales, a sus relaciones amorosos, sexuales...

- Como diría el Quijote a Sancho Panza, "con la iglesia hemos topado"

- Esas adicciones a las que se da luz y que casi nadie o casi nadie se atreve a verbalizar

- Esos momentos de debilidad aparece cualquiera que te puede llegar a comer el coco, y te deja literalmente sin ropa interior

- El Cacas, sin más ni menos

- Talento México

- Pase lo que pase, la familia es lo primero y siempre está y estará ahí cuando alguien flaquee

- Aunque no está en cuerpo Virginia de la Mora, como la sombra de su vida sigue siendo muy alargada

- Guiones aparentemente lentos pero llenos de vida

- Una banda sonora fantástica

- Actores y actrices españolas dentro de la serie, mención aparte María León, que sus apariciones llenan de más locura a una serie de por sí es desbocada

- Ese ir y venir de Julián, un personaje por el que siento una cierta y gran debilidad

Y seguiría diciendo cosas, pero creo que lo mejor es que si tenéis Netflix os sentéis tranquilamente a dejaros llevar por la segunda temporada de la serie de Manolo Caro, que de nuevo ha vuelto a tocar la tecla del éxito.

Ayer descubrimos por casualidad que habían subido un capítulo especial llamado "el funeral", pero ese mejor para otro día, que para hoy ya hay suficientes flores.

Muchos besos rinconer@s y espero veros mañana en una nueva y más fría semana

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