lunes, 26 de marzo de 2018

Morder la manzana de Leticia Dolera. Una vez que te pones las gafas todo se ve más claro

¿Qué tal el finde rincomer@s?

Yo como todas buenas vacaciones las he comenzado estando mala con unas anginas las cuáles me operaron hace casi 5 años pero como así de la nada volvieron a reaparecer el pasado verano, volviendo a darme guerra pero eso no me ha quitado que el sábado pudiera disfrutar del primer cumpleaños de una personita a la que adoro... y es que madre mía ha pasado un año desde que llegó.

Una buena forma de comenzar esta última semana de marzo, es compartiendo el último libro que me he leído, que ha sido algo más que un libro, porque aunque yo me declaró mujer feminista, un título del que me siento enormemente orgullosa, siempre es bueno leer afirmaciones que te recuerdan el porque estamos en la lucha y porque es tan importante es declararse abiertamente feminista, sin miedos, sin tabúes, sin prejuicios, porque ser feminista no es más que un movimiento que trabaja porque mujeres y hombres seamos iguales en todos los campos de la vida: personal, social, laboral...

Morder la manzana de Leticia Dolera, un libro que desde que salió a finales de febrero tenía muchas ganas de tener y leer, pero no fue hasta que cobre cuando pude pedirlo por Amazon y esperar un largo fin de semana hasta que el libro llegó.


"Cuando llevas tiempo sin ir al gimnasio, da mucho palo volver, Una vez lo consigues, te aturden las agujetas y te sientes tentada de dejarlo. Con el feminismo puede que te ocurra lo mismo, sentirás la tentación de dejarlo varias veces, puede que llegues a pensar con lo tranquila (o tranquilo) que yo estaba, no necesito la ansiedad de esta perspectiva feminista. No desfallezcas, hay luz al final del túnel".

Lericia Dolera nos invita a las mujeres a apoderarnos de nuestra vida y destino. Del cuerpo y de la mente. Cada cuál somos dueñas de nuestros sueños, sus pelos y sus orgasmos sin que pueda haber jefecillo, manada ni Brando que lo discuta.

Es una obra fresca, narrada en un tono impersonal que te hace adentrarte en ella y empatizar con cada uno de sus párrafos, sin prejuicios y sin estereotipos.


Durante 46 capítulos que hablan de la vida, del trabajo, del amor, del sexo... Diálogos con amigas, ataques memorables al machismo y al patriarcado, y también un repaso por la historia del feminismo.

Un feminismo que ha tenido muchas etapas pero del que creo y siento que ha llegado la etapa definitiva, la cuál todas y ojala todos debemos ir por el camino de la lucha, de la revolución y poner voz y cara a todo lo que notemos en nuestros entornos que se desvía del camino de la igualdad.

Leticia desde la naturalidad y la verdad nos muestra lo que es de justicia, nos va narrando episodios de su vida en el cuál se ha sentido menos valorada por ser mujer, y en donde pone el foco en palabras como patriarcado o androcentrismo, para que de una buena vez las entendamos y las combatamos desde los argumentos que nos da estar en una lucha justa, porque en este año 2018 no deberíamos seguir padeciendo manadas, asesinatos, violaciones, desfavorecimiento laboral, estar siempre en el ojo de otro y por desgracia de otras, no poder conciliar nuestra vida personal y laboral, no ser juzgadas por no ser madre o no serlo... y una infinidad de cosas que hacen que la revolución sea más necesaria que nunca.

Porque una vez que te pones las gafas del feminismo creo que el camino es mucho más fácil, tienes claro cual es el objetivo y cuáles son los obstáculos para conseguirlo. Nadie dice que las mujeres seamos mejores que los hombres, simplemente iguales.


Gracias Leticia por poner voz y haberte puesto en un foco en momentos bastante incómodo por la cantidad de indecencias que te dicen, pero gracias a mujeres fuertes y valientes como tú, muchas nos hemos podido quitar las telarañas y ver de forma clara y nítida cuál es nuestro camino.

Besos rinconer@s, salud y feminismo.

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