martes, 15 de diciembre de 2015

La Novia: jamás pude imaginar tanta explosión de belleza ante el dolor.


Cuando una crece y se hace mujer bajo los versos y las obras de Federico García Lorca, un autor que os reconozco es mi perdición total, como no iba a caer en ir a ver la adaptación de una de sus obras de teatro maestras: Bodas de sangre.

El sábado por la noche tuve la oportunidad de ir a ver La Novia, de Paula Ortiz y la explosión de sentimientos y emociones que ella provoca son deliciosos porque como os decía en el título de este post de hoy, nunca había visto tanta belleza ante una historia con tanto dolor.


Dos hombres, una mujer, un amor, un deseo más fuerte que la ley y que la naturaleza salvaje del mundo que les rodea. 

Leonardo, el novio y la novia con un triángulo inseparable desde niños, pero Leonardo y la Novia tienen un hilo invisible, feroz, imposible de romper.

Pasan los años y ella, angustiada e infeliz, se prepara para su boda con el Novio en medo del desierto blanco, de tierras salinas y yermas, donde vive con su padre. El día anterior a la ceremonia, a su puerta llama una Mendiga anciana que le ofrece un regalo y un consejo: "No te cases con tu novio si no le amas", mientras le da dos puñales de cristal.

Un escalofrío recorre el alma y el cuerpo de La Novia.


"Yo era una mujer quemada llena de legas por dentro y pro fuera y tu hijo era un poquito de agua del que yo esperaba hijos, tierra, salud... pero el otro era un río oscuro lleno de ramas, que acercaba a mi el rumor de los juncos y su cantar entre dientes.
Y yo corría con tu hijo que era como un niñito de agua, pero el otro me mandaba cientos de pájaros que me impedían el andar y dejaban escarcha sobre mis heridas de pobre mujer marchita, de muchacha acariciada por el fuego...."

Con este pedazo de monólogo lleno de dolor, comienza una película en la que cada fotograma es una fiesta, cada nota musical es un golpe fuerte en las entrañas, cada escena es un regalo para la vista, cada lágrima es poesía y cada sonrisa esconde un secreto íntimo y certero.


Inma Cuesta creo que se marca el que es de momento el papelazo de su vida, con una novia con los sentimientos escondidos en un cofre íntimo pero vemos y nos regala ese debate entre el querer y el deber, entre el amar con las entrañas y amar con la razón... Todo esto acompañada de dos hombres que nos enamoran por su delicadeza, su amor, su fuerza y esa lucha por el amor de la misma mujer...

Hay historias que marcan y duelen pero esta Novia se ha quedado clavada para siempre como una de las mejores películas de nuestro cine, enclavada en un desierto como el de Monegros que le da dureza y hermosura a partes iguales a esta historia.


Una música preciosa acorde a cada trama y momento que se vive durante esos dos días, un guión adaptado fiel a los diálogos del gran Lorca y que no pierde nada de su esencia y compostura andaluza.

Nada me ha extrañado que ayer se alzará con 12 candidaturas a los Premios Goya de la Academia Española, porque esa belleza íntima, lenta, delicada y mareante se debía tener en cuenta.

No dudéis en verla porque creo que os deleitará y desde aquí hago firme mi apuesta de que este año los Goya, sean el año de las mujeres con señoras como Inma Cuesta, Paula Ortiz, Leticia Dolera, Isabel Coixet que espero sean las grandes vencedoras de la noche.

Imposible despedirme sin rendirme ante el trabajo de Luisa Gavasa, de esas actrices de oficio y garra que te enganchan y enamoran.



Solo decir antes del adiós que debe haber un granadino marcándose unos bailes en el cielo de ver como su obra sigue tan viva y hermosa.

Gracias Federico porque da igual los años que pasen tu siempre serás un imprescindible si hablamos de arte y hermosura.

Besos rinconer@s y hasta mañana :) :) :) :) :)

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