martes, 22 de septiembre de 2015

Humor, ingenio, sorpresas, amor, sexo, enanos, motos, presentimientos, un coche color fucsia y mucho más en Gente que vien y Bah.

Cuando me leí No culpes al karma de lo que te pasa por ser gilipollas descubrí que muchas veces no hay que poner historias ni personajes rebuscados porque en lo cotidiano, en lo de nuestro alrededor, puede estar una buena historia.

Y la autora la encontró porque además de partirte la caja en el sentido literal porque hay situaciones que vive la protagonista plumista que son del todo surrealistas, descubres que hay sentimientos muy fuertes que traspasan los años y solo ha que estar un poco alerta para reconocer y sentir que el amor es una de las emociones o sensaciones como lo que queráis llamar más importantes para el ser humano.


Pues de ese libro que me leí el verano pasado y que os aseguro que una vez terminado me dio una pena terrible porque sentí desamparo (jajaja) este año su autora Laura Norton ha vuelto con la intención de hacernos reír, disfrutar con su nueva novela, pero esta vez con más matices de sentimentalidad, de juegos y sueños encontrados y parados por circunstancias sorprendentes y con coche fucsia con tío buenísimo y viudo de por medio.


Gente que viene y bah nos plantea:

¿Cuántas probabilidades hay de que te toque el gordo de la lotería? ¿O de que el chico con el que estás a punto de casarte se líe con la presentadora más guapa de la tele la misma semana en la que además pierdes el trabajo?

A Bea le acaba de pasar (excepto lo de la lotería); así que decide huir y refugiarse en la casa de su excéntrica familia buscando un pozo de paz, aunque acabará trayendo el caos a la vida de todos. Bea es así.

En esta novela lo que te encuentras es un mercedes ros, una casa en los árboles, un pelirrojo de caerse de espaldas (literalmente), muchas risas y unas cuantas lágrimas de esas que se lloran a gusto, que te liberan y te reconcilian con la vida. Una historia con la que e descubre que siempre hay algo bueno esperándote a la vuelta de la esquina. Si sabes verlo. Y si no la cagas.

Pero es que el ser humanos creo que somos uno de los pocos seres de la especie capaces de que no querer bueno lo que tenemos enfrente aunque llevemos unas gafas gigantescas. Y es que las esquinas muchas veces las cosas buenas que hay detrás de ellas se esconden pero debemos estar abiertos y no creernos en posesión de la verdad absoluta para no equivocarnos y perder ya no solo al amor de nuestra vida, sino nuestro trabajo, nuestra familia o todo aquello que nos haga feliz en esta vida nuestra.


El lema de esta nueva novela es el humor mezclado con lágrimas que como os he dicho arriba te hacen desahogarte sin dolor pero sin censura, porque nada como lavar los sentimientos a través de las lágrimas porque éstas nos limpian y nos hacen sentirnos bien.

El personaje de Bea va muy el límite para bien y para mal y eso ha sido algo que me ha encantado, porque es tímida pero decidida, locaza pero amorosa, pasional pero con necesidad de que la amen... ¿Quién no somos así? Todos tenemos ese ying y ese yang en nuestro organismo y la mezcla de los dos es lo que hace de nosotros y nosotras seres genuinos.


Poco es puedo decir porque creo que lo mejor es leérselo y tener opinión propia, aunque si os sirve la mía, os diré que no dudéis de en ponerlo en vuestras manos porque un libro que te hace pasar por tantos estado de ánimo es fascinante.

Y para despedirme solo deciros que me lleve la sorpresa de que su primera novela va a ser llevada al cine por la directora Mar Ripoll y su actriz protagonista Clara Lago, así que bien el karma tendrá película y espero que no defraude a tod@s los que nos reímos y disfrutamos con el libro.


Pues con esto y mil besos me despido de vosotr@s hasta mañana :) :) :) :) :)

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