martes, 17 de febrero de 2015

Rememorar la niñez es un signo del ¿Síndrome de Peter Pan?

Dice el refrán: "que cualquier tiempo pasado siempre fue mejor", pero yo discrepo de él, porque los tiempos pasados pudieron ser buenos o en mi caso muy buenos, pero la esperanza en el futuro y la ilusión por el qué va a venir, es todavía mejor.


Pero como muchas veces he mencionado en este rincón, he tenido una infancia tan feliz que ha forjado en mi el construir la persona que soy.

Hace tres Navidades los Reyes me trajeron un Nenuco, uno de mis mayores compañer@s de infancia, jugando a las mamas.


En verano, mi prima me regaló una Barriguita, una de las mayores muñecas de mi infancia porque tenía muchísimas y me encantaba jugar con ellas.


Pues mi sorpresa y mi alegría llega en estas pasadas Navidades, el señor gordo de ropa roja me dejo en casa una de las mayores insistencias de mi miñez: una tortuga ninja y no una cualquiera, sino a Leonardo, la tortuga azul.


¿Qué significa esa tortuga? Pues imaginaos, eran mis dibujos y películas favoritas... vamos que en otra vida me hubiera gustado ser, una tortuga ninja. Todavía recuerdo lo pesada que me puse de niña para que me regalaran una.

Y mi madre erre que erre con el "no, es un juguete de chicos". Y así tras meses de lucha y de ser muy pesada, mi amada y recordada tía Maru y mi prima, no mr regalaron una, sino dos... la azul y la morada. Y todavía a día de hoy recuerdo ese momento, fue una pasada. Todos mis sueños, deseos y anhelos representados en esos dos muñecos.


¿A qué me recuerda esa tortuga? A mi niñez, a los juegos de guerra con mi primo Ruben, en el que preparar la batalla nos costaba horas, pero llevarla a término solo unos pocos minutos. Unos años en los que jugar y estudiar eran las únicas responsabilidades; porque luego creces y a vida es otro cantar.

Pero ¿Por qué renunciar a ese niño qué llevamos dentro? ¿Por qué hay que olvidarlo o renunciar a ello?

No creo tener el llamado Síndrome de Peter Pan, pero si os digo que trato de cuidar y mimar a aquella niña que un día fui, porque si ella muriera, yo no podría ni ser quien soy ni ser como soy.

Y de esto último me siento bien orgullosa, así que nada más que animaros a rememorar los momentos felices de vuestras vidas y no olvidar esa niña o niño que fuisteis un día.

Besos rinconer@s y hasta mañana :) :) :) :) :)

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