Si como yo, valoráis el buen trabajo actoral, es difícil ver que Javier Bardem está en una serie y no darle al PLAY. Monstruos: la historia de Lyle y Erik Menéndez llegó a Netflix hace unos meses después de una gran campaña de publicidad y habiendo tenido en su portada principal el cartel de una serie en la que solo veíamos dos tipos jóvenes y normativamente atrayentes.
Y como os decía con Bardem como cabeza de una historia donde la crueldad, el egoísmo, la mentira, el crimen y los excesos toman la pantalla.
"En agosto de 1989, los hermanos Lyle y Erik Menéndez, asesinaron a tiros a sus padres, José y Mary Louise 'Kitty' Menéndez. Mientras que la acusación alegó que buscaban heredar la fortuna familiar, los hermanos afirmaron -y siguen afirmándolo hoy en día, mientras cumplen cadena perpetua sin posibilidad de libertad condicional- que sus actos se debieron al miedo que sentían tras toda una vida de abusos físicos, emocionales y sexuales a manos de sus padres".
Como ficción que es porque aunque narre hechos reales, deberá recurrir a la ficción, nos genera dudas razonables, ¿Será verdad lo qué cuentan los hermanos?
Teniendo en cuenta que fueron sentenciados a cadena perpetua, la verdad es que no hay por donde cogerlo, pero el juego dramático es bueno:
- Por su agilidad.
- Por su rapidez en la sucesión de las imágenes.
- Por los excesos y depravaciones.
- Por el asco que genera el poder del dinero.
- Por la poca capacidad de autocrítica y supremacía.
Hay críticas que la destrozan, otra que les encantó, yo os digo en mi opinión, que me mereció la pena darle al PLAY y ver en primera persona como los años pasan por Javier Bardem estando en un estado actoral en todo lo alto.
Espero veros esta noche con otra serie de la misma plataforma.
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