domingo, 12 de mayo de 2024

Mi primer gran brote de espondilitis

Me cuesta mucho nivel emocional y anímico sentarme a compartir este post pero, creo que hay varios factores que pesan:

1. El poder hablar de lo que estoy pasando.

2. Quizá alguien pueda estar pasando lo mismo y espero que le sirva de ayuda.

Que le sirva de ayuda porque recuerdo la primera vez que escuché el nombre de la enfermedad que tengo: espondilitis, me asusté y me quede con una palabra, chepa. 

Con 25 años comencé a tener unos dolores muy fuertes en las lumbares, en la parte posterior de los pies -talones de Aquiles- dolores en la espalda... en general dolores muy fuertes que no me dejaban andar, dormir y me hicieron hasta dejar la escuela de interpretación a la que iba. Fui a muchos médicos y en la Unidad del dolor del Hospital Ramón y Cajal, me derivaron a Reumatología. Y allí después de varias pruebas llegó el diagnóstico: Espondilitis, un tipo de Artritis Reumatoide. A la sorpresa y miedo inicial, le siguieron tratamientos que tuvieron que ir cambiando porque no me caían bien. 

Una enfermedad crónica con la que me he acostumbrado a vivir, teniendo en cuenta que hay días que tengo dolores muy fuertes, pero me he acostumbrado tanto a convivir con ellos que desde hace unos meses quise mirar hacia otro lado y no tener en cuenta las alertas que me estaba dando el cuerpo.

Allá por la Semana Santa me encontré bastante mal, no podía escribir, me costaba andar porque me dolía mucho los pies, un cansancio muy fuerte que me dificultaba hasta levantarme de la cama y comencé con pinchazos en la parte alta de la espalda que me llevaron a un punto donde ir al médico fue una obligación porque no era el no poder andar, era el dolor que sentía, un dolor tan fuerte como si tuviera un corsé apretándome en las costillas.

Y ahí llegó el diagnóstico: Natalia estas con un brote.

Con él han venido los días más dolorosos. Como día cumbre el miércoles 10 de abril, siendo un día horroroso, donde creo que llegué a un límite. Soy resistente al dolor pero ese día sentía que no iba a poder soportarlo: los dedos de las manos, las rodillas, los pies, hasta los dientes. Por mi mente vinieron hasta pensamientos muy dañinos y llegó un punto que pensé, esto tiene que pasar, porque vivir así cada día no va a ser posible. Pero es verdad que el tratamiento y los paseos por la calle han ido haciendo que cada día fuera algo menos doloroso que el anterior. Que el insomnio provocado por el dolor fuera remitiendo. Que andar no fuera un suplicio. 

Han sido semanas donde ha sido muy difícil echar los pensamientos intrusivos y hasta auto líticos de mi cabeza, pero los libros, este blog, mis padres y mi chico, me han acompañado en esos días donde no paraba de llorar y me han sujetado para que dentro de lo que estaba sucediendo, fuera viendo algo de luz.

La luz ha tardado en entrar y todavía no veo las cosas muy claras, porque siento que no estaba preparada para ese golpe, pero como todo en la vida terminará pasando y veré que esos días por muy horrendos que han sido me han hecho aprender:

1. Conseguir desconectar del trabajo. Soy una mujer muy exigente conmigo misma, siempre trato de estar al máximo pero es que no podía más. Mi cuerpo me pidió de esa forma tan violenta parar y pensar en mí nada más.

2. Preocuparme de mí y de nada ni nadie más.

3. No esconder lo que me pasaba pero tampoco publicarlo. 

4. Escucharme, tener presente que necesitaba y dármelo sin juicios solo hechos.

5. Saber quien está y quien no, sin juicios porque no le puedes exigir a otro u otra que haga lo que tú harías por lo que solo me he preocupado de lo que hacia yo.

6. Celebrar mi cumple de otra forma diferente, es decir en soledad y no estar triste con ello, porque era lo que mi cuerpo 

8. Pedir ayuda cuando me ha hecho falta.

Y esto último quiero decirle a mi chico que estas semanas sin él hubieran sido un auténtico infierno. Me ha escuchado, achuchado, untado en cremas y ha estado ahí, sentado a mi lado en la cama sin preguntar, solo escuchando. David siento que soy muy afortunada en la vida por haber encontrado a una persona como tú, así que solo espero demostrarte cada día lo especial que eres, lo que te quiero y casi 17 años después del primer beso, sigo estando enamorada de ti, desde la calma y la paz, el amor y el respeto, te quiero David.

No se si alguna persona que me leéis tendréis lo mismo que yo, pero no sintáis vergüenza en pedir ayuda e ir al médico todas las veces que os duela algo, no penséis en que creerá la gente, preocuparos de las alertas que os va mandando vuestro cuerpo, porque sino lo hacéis vosotros y vosotras no lo va a hacer nadie.

Y sobre todo de los brotes se sale, daros tiempo, paciencia y lágrimas, porque hasta en los peores días, he tenido presente que iba a pasar.

Un beso muy fuerte rinconeros y rinconeras y hablemos de las cosas que nos pasan, que son importantes y dolorosas porque por mucho que las metamos en un cajón, este se llena y cuando sale todo afuera puede salir de una forma tan inesperada como abrupta y el dolor va a ser más fuerte que si lo paramos según sale.




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