El pasado 15 de mayo pude comprar las entradas para la noche de hoy por el cumpleaños de mi madre, ir a ver, escuchar. bailar y vivir de nuevo en directo a Raphael.
Un hombre que me lleva acompañando musicalmente toda mi vida y que mi madre sigue desde que era joven.
Un hombre que ha puesto y sigue poniendo banda sonora a la vida de mi madre y la mía.
Un hombre al que vi por primera vez en diciembre del 2015, en el mismo escenario de mañana, el Wizink Center.
Un hombre al que baile sin descanso el año pasado casi en la misma fecha, con la misma compañera, mi madre.
Un hombre al que después de siete meses de espera volveremos a escuchar, desde un mejor sitio, pero con las mismas ganas y emoción.
No es un secreto para quienes me conocen que mi madre tiene discapacidad visual, teniendo solo un poco de visión en un ojo, por lo que este concierto es especial, porque seguirá escuchando la banda sonora de su vida y compartiéndola conmigo, que después de un año de nuevo regular en cuanto a la salud, celebraremos que seguimos juntas, vivas y pudiendo disfrutar de cada momento juntas.
Así que rinconeros y rinconeras, si el cuerpo resiste a lo de hoy, cuando os vuelva os veo.
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