Hace algo más de una semana llegaba a la cartelera la primera película como director de Mario Casas: Mi soledad tiene alas. Una película donde se ve:
- El respeto al cine;
- el amor al trabajo cuidado y bien hecho;
- tener en cuenta los detalles;
- Los silencios, las miradas, esos cuerpos que sufren y que tanto hablan hasta parados.
Una película que nos traslada a un barrio humilde a las afueras de Barcelona, Dan y sus dos amigos, Vio y Reno, viven sin pensar en el mañana, entre fiestas y dando palos a joyerías. Detrás de sus apariencias de pequeño delincuente, Dan esconde un artista con talento, y una sensibilidad distinta al mundo que lo rodea. La reaparición de su padre, tras salir de la cárcel, despierta los viejos demonios de Dan, sumergiéndolo en una espiral de violencia que le obliga a huir y pone a prueba la amistad entre los tres amigos.
Empieza un viaje de descubrimiento sin retorno para Dan y Vio, donde tienen que dejar atrás los niños que fueron, cambiando sus vidas para siempre. ¿Podrán escapar de su destino por amor?
Una película donde se palpan como el corazón de ese Dan late fuerte, temas como
- la violencia,
- los silencios,
- el dolor del alma,
- la amistad,
- el quien sabe si primer amor,
- ¿Nos marca tanto en donde nacemos?
Mi soledad tiene alas me sorprendió por su agilidad en las imágenes y su perfección en la elección de la música, tirando de lo moderno pero también de aquellas canciones que nos acompañan desde la niñez.
LO MEJOR DE ELLA:
- La apuesta de Mario Casas por tirar de vivencias personales y eso que llaman imaginación.
- Por tirar de barrio y alejarse de historias elitistas donde la gran mayoría de las personas (sea cual sea nuestro sexo) nos podamos ver reflejadas.
- Dar luz a personas con cuerpos y caras no normativas. Sí, los protagonistas no, pero poco a poco creo que se van abriendo portones.
- Un guion que aunque pueda parecer previsible, hay un momento clave en donde como un mazo se te da en la cara y no sabes que puede pasar.
- Un trabajo actoral sin aristas en donde como os decía al principio los silencios, los cuerpos y las caras hablan todo el rato.
- Madrid, Lavapiés y sus mil y un rincones que mostrarnos.
- Una banda sonora que acompaña cada estado de ánimo como un vehículo conductor con el público que la está viendo.
- Un trabajo de fotografía muy directo, de esos que no dan aire para respirar.
- Y la mano de un Mario Casas que nos enseña una faceta más de este actor/director que si algo nos enseña en cada trabajo es lo mucho que respeta al cine.
Como os imaginaréis la película me gustó mucho, la pude ver el primer fin de semana de su estreno, y por supuesto, que os la recomiendo.
Y como detalle a tener en cuenta, la promoción que están haciendo los Casas de la película, siendo inteligentes y llegando a la gente.
Por favor, verla y me contáis que os parece.
¿Qué habéis hecho este fin de semana? Yo ahora mismo vengo de Los Teatros del Canal de ver a Vicky Luengo, con la piel de gallina y mucha emoción cogida en la boca del estómago.
Mucha vida y espectadores y espectadoras a los valientes como Mario Casas.
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