Cada 5 de enero este rincón es como un mantra que se repite sin descanso, porque la Noche de Reyes es de las más especiales, bonitas y mágicas del año. Da igual los años que hagáis, nunca abandonéis u olvidéis ese niño o niña que fuisteis y vivíais esta noche como la más esperada del año.
Nunca olvidéis la ilusión del despertar de mañana, las ilusiones y nervios que os acompañaban.
Nunca olvidéis esas sonrisas y hasta gritos al comprobar que Melchor, Gaspar y Baltasar habían pasado por vuestra casa y habían leído vuestras cartas.
Nunca olvidéis la primera vez que tocasteis ese juguete que deseabais tanto.
Nunca dejéis de estrenar ese mismo Día de Reyes las cosas que os han dejado por casa.
Nunca olvidéis dejarles leche y galletas para reponerse del largo viaje desde Oriente.
¿Queréis que os cuente un secreto? Una noche de Reyes de hace más de 30 años, después de caer rendida en la cama, note un beso, y no uno cualquiera, sino de una barba densa, cuidada, sedosa... era Baltasar que había leído mis cartas. Mucha gente cuando descubre el gran pastel de los Reyes dice que serían los nervios, pero no, más de 30 años después os digo que ese beso fue mágico, como los Reyes.
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