domingo, 12 de diciembre de 2021

"Hay algo que me dice que tengo que salir al bosque y encontrarme con el lobo. De lo contrario, mi vida jamás podrá cambiar"

 

Que ganas tenía desde que me vi por primera vez Vida perfecta, que Leticia Dolera nos siguiera regalando la vida de esas tres mujeres diferentes, distintas pero que las une unos lazos muy irrompibles, la amistad, esa que nos une y crea lazos tan fuertes como la propia familia.

Han pasado seis meses desde que vimos por última vez a María, Cris, Esther y Gari en la habitación del hospital: María es madre pero la maternidad no la hace sentir como ella siempre había imaginado. Cris y Pablo deciden abrir su relación y superar obstáculos juntos, ero todo resulta más difícil de lo esperado. Esther, por su parte, está luchando contra su miedo a crecer y al compromiso. Tiene una novia, vive con ella y... ¿Se casa?


LO QUE MÁS ME HA GUSTADO DE ESTA NUEVA Y ÚLTIMA TEMPORADA:

- La visión de una mujer a la hora de escribir la historia. Cuando nos llaman cansinas con hacer cine, televisión, literatura o arte con perspectiva de género, nos referimos a historias donde vernos reflejadas, donde pensemos que podríamos ser cualquiera de nosotras. Yo particularmente estoy muy cansada de esas miradas masculinas que no obedecen a nada más que a su ideario de lo que es y esperan de una mujer. Agradezco enormemente a Dolera habernos regalado esa mirada tan vital y necesaria, hablando y tratando temas que realmente nos importan a las mujeres.

- Ese lado angustioso que aborda de forma elegante y sin tapujos sobre la depresión post parto, de la que tan poco de habla y que muchas mujeres padecen. Caso aparte, el personaje de la psicóloga, de la que por favor me manden su número.

- Gary, siempre Gary. Con su sinceridad, ternura, mala leche, agobios, amor, miedos...


- Los miedos reales al amor y a la vida; a crecer; a querer tener nuevas sensaciones y emociones; a dejar a tu pareja; la necesidad de estar con alguien cuando lo realmente importante es estar completa tú sola. Y sí, esto os lo dice una mujer que lleva 14 años y medio con el mismo hombre, y a día de hoy es lo que sigo queriendo, deseando y amando.

- Escenas de sexo donde la mirada femenina es algo fabuloso, porque sí las mujeres tenemos tetas y vulva, pero no somos solo eso cuando nos ponen delante de una pantalla. Naturalidad y realidad, por favor.

- La duración media de los capítulos que hace que los vivas de forma más intensa.

- Ese guiño al Covid muy de pasada, cuando lo han vivido en sus propias carnes durante el rodaje.

- Esa furgoneta de Esther donde a mí me gustaría viajar por lo menos una vez en mi vida.


- Me ha encantado no verla de golpe, sino poco a poco como una buena comida que degustas sin ansías pero con apetito.

- Algo que me gusta mucho en una serie o una peli son los colores no demasiados estridentes, tirando a neutrales, reales como cuando abrimos los ojos por las mañanas.

- Esa conversación "a careta despojada" en mitad de una carretera, diciendo esas verdades que duelen pero que son necesarias que la otra oiga. Y sí una vez que lo sueltas acompañar a quien quieres en ese camino.

La primera temporada me la habré visto unas cuatro veces, y como dice el refrán: las que rondaré, porque me encanta, pero esta segunda, ha sido en un tono más calmado pero lleno de verdad, esa que duele, jode y molesta. Por lo que si no tenéis planes para estas noches o las que vienen, ir a Movistar y disfrutar de Vida perfecta, eso sí a pequeñas pildoritas, disfrutándola, gozándola. Porque aunque soy muy fan de los maratones de series, de vez en cuando deleitarte en una como una buena comida sienta muy bien.

Muchos besos rinconeros y rinconeras y espero veros mañana en una nueva semana , donde ya oímos, vemos y olemos a Navidad :) :) :) :) :)


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