"Que yo no tengo la culpa,
que al culpa es de la tierra
y de ese olor que te sale
de los pechos y las trenzas.
¡Ay que sin razón! No quiero
contigo cama ni cena,
y no hay minuto del día
que estar contigo no quiera,
porque em arrastras y voy,
y me dices que me vuelva
y te sigo por el aire
como una brizna de hierba".
En mi último acercamiento a la obra de Federico García Lorca durante el mes de septiembre, al leer Bodas de sangre, pensé ¿Por qué no vuelvo a ver la peli de La Novia? La que es para mí, una de las mejores pelis de los últimos años.
Todo en ella es poesía, belleza, luz que esconde las tremendas oscuridades del corazón, de los sentimientos más ocultos, esos que son obligados a enterrar a 20 metros de profundidad en una caja de Latón. Pero es que contra más profundos, más fuerza tendrá el impulso que los sacará hacia afuera.
La novia, el novio, Leonardo, el dolor, la pasión, la poesía, el arrebato, el sexo, el contacto tanto físico como visual... todos estos ingredientes se dan la manos dejándonos ver esa historia que Lorca contó dura, árida, sangrienta... con una fotografía dulce, pero a la par cruel y asfixiante como el calor ya no solo del clima sino de los cuerpos.
Ese juego de Paula Ortiz -la directora- con planos excesivamente rápidos que nos dejan ver lo que va a suceder, lo que le ocurre a esos personajes terriblemente enamorados, transitando por caminos secos pero llenos de cerezos en flor.
La novia además de uno de los más hermosos homenajes a la obra de Federico, es un ejercicio actoral bestial, comenzando por Inma Cuesta y esa pétrea llena de matices, que nos invita a vivir el viaje donde el deber y la pasión se chocan.
Continuando por Asier Etxeandía que lo quieres abrazar fuerte y decirle :"tranquilo, la vida continua". Su cara de tensión en la moto es de esas que se te quedan clavadas en la memoria cinematográfica de nuestras vidas.
Pero seguimos... Alex García, que es ese Leonardo del que te enganchas y no te puedes soltar, porque te embelesa y envenena con sus palabras.
Pero ¿Y Luisa Gavasa? Esa madre que vive en el dolor, la ira, el rencor, la sangre... escupiéndolo cada vez que tiene oportunidad.
La novia es una de esas películas que trato de ver como mínimo una vez al año, porque me recuerda porque me gusta tanto el cine y la labor pedagógica, social y cultural que cumple con la sociedad.
Aunque en su momento me la compré cuando salió en DVD, la he podido ver en Filmin, y de nuevo como cada vez que la veo me dejo flotando, porque es una verdadera obra de arte. Si Federico la pudiera ver, estaría embelesado y emocionado de una peli que aunque habla del dolor y el rencor, todo lo trabaja desde el más absoluto amor.
Ayer cuando me despedía de vosotros y vosotras, os dije que volvería a sentarme pero me salió un plan, el mejor, cenar con mis tíos y mi rubio favorito. Así que hoy intentare venir un par de veces, pero es que los mejores planes son los que salen improvisados y sobre todo los que compartes con los y las que más quieres, y mi familia es el tornillo que todo lo sujeta.
Si no tenéis plan para este sábado, ya sabéis La Novia.
:) :) :) :) :)
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